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Luego de aquello quedaron claros en lo que mantendrían ahora, el rubio le pidió tiempo para asimilar varias cosas y conocerla mejor, la pelirroja aceptó y dijo que sería lo mejor para ambos, así se mantuvo la misma amistad para los amigos y la familia de ambos, todo eso se mantuvo por un largo año.

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Ese día salía del hospital como de costumbre, pensaba en caminar hasta su casa aprovechando que aún era otoño y próximamente llegaría el invierno y no podría hacerlo por las bajas temperaturas; su sorpresa fue cuando aquel hombre le estaba esperando, sí, en todo ese año Telence no parecía alejarse por ningún motivo y como vio que continuaba soltera seguía buscando conquistarla, si bien el castaño no era un tipo odioso o desesperante ella no tenía ningún interés en continuar teniendo citas con él, por lo que había hasta cambiado de número y perdido todo tipo de contacto, pero eso no le duró más de un mes.

—Hermosa Noriaki ¿Cuánto tiempo sin saber de tí?— se acercó a la pelirroja con entusiasmo tomando su mano para saludarla de costumbre —Ya extrañaba verte

—H-Hola...— medio sonrió un tanto nerviosa, no le gustaba hacer ese tipo de escenas frente a su trabajo —¿Pasó algo?

—¡Claro que pasó algo!— decía dramáticamente —Te he estado escribiendo y llamando, y por alguna razón ahora sale que el número no existe ¿Qué ocurrió?

(Quisiera serle sincera... Pero...) suspiro —Se me averió el teléfono, así que compre uno nuevo

—¿Me das tu número?

(¡Desvía el tema!) —¿Qué tal si vamos a comer? Al restaurante chino ¿recuerdas? Ahí podremos actualizarnos de todo este tiempo— fingió emoción

—¡Es cierto! Vamos princesa— la escoltó hasta el auto

En el camino, incluso en el restaurante, tuvo que seguir fingiendo, realmente eso no era bueno para ella y lo sabía pero ser grosera no era lo suyo, por mucho que lo pensará le era difícil ser cruel, además de que ese día no tenía la gran cosa que hacer, rogaba que alguien la llamase o similar

—Por cierto, se realizará una cena empresarial por inicio de invierno, realmente solo invitan a algunos, de todas formas ¿Querrías ser mi dulce acompañante?— la había tomado de las manos

—P-Pues...— en ese instante no sabía qué contestar, si bien tenían citas no había salido con él a una cena empresarial, y eso le preocupaba, para su suerte sonó su teléfono —¿Me das unos segundos?— lo miro asentir y contestó

—¿Hola?

—Cerecita ¿Dónde estás? Pensé que vendrías a casa hoy

⧼╹𝐿𝑎 𝐹𝑎𝑚𝑖𝑙𝑖𝑎 𝐵𝑟𝑎𝑛𝑑𝑜╻⧽Donde viven las historias. Descúbrelo ahora