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Bueno, luego de eso no se sintió bien y estuvo un poco de tiempo solo para pensar mejor la situación, cuando lo pensó lo suficiente hizo algo que debió haber hecho hace mucho tiempo atrás, volvió a llamar a uno de sus mejores amigos y quien lo había ayudado con el caso de su segundo hijo, Vanilla fue el encargado y el caso fue llevado hasta la corte, ahí finalmente y por testigo principal su propio hijo se decidió la custodia, no tan solo ahora lo tendría a su cuidado, también le quitaba el departamento {Que para su suerte lo había colocado a nombre del pelinegro} y pedía indemnización por daños causados al menor; si ella pensó que iba a salirse con la suya para siempre no fue así, incluso después de eso la policía fue a registrar el lugar y encontraron varias cosas fuera de lugar, ella fue a parar a prisión y la deuda continuaba, debía pagar en cualquier momento o después de que saliera de prisión.

Suena algo sencillo pero no lo fue, esos días paso estresado y siendo bombardeado por llamadas por parte de ella amenazándolo, con suerte todo acabó y ahora eso estaba resuelto, podía respirar un poco más tranquilo, de todas formas fue un mal padre, desde el inicio debió quitarle su hijo pero... Se equivocó, ahora por lo menos esperaba no pasar algo así de nuevo, era agotador. Sin embargo, su "buena" suerte no acabó ahí, semanas después de ese incidente apareció frente a su puerta alguien desagradable.

—¿Me persigue la mala suerte o qué?— se quejó al verla junto a un muchacho de cabello negro —¿Qué quieres Alessandra?

—¡Ey! ¿Qué manera de recibir a la madre de tus hijos es esa?

—No vengas con tonterías, tú eres madre de ellos cuando quieres— suspiro —No estoy de humor ¿Qué quieres?

—Vengo a visitar a mis retoños— sonrió

—Oh... Déjame recordar cuándo fue la última vez que los visitaste... ¡Oh sí! ¡Cuando tenían diez!— exclamó bastante enojado

—Pues no han pasado tantos años— dijo en tono tranquilo

—Fijate que si, Giorno tiene diecisiete y Donatello dieciséis ¿Te parece poco?

—Mejor tarde que nunca ¿verdad? Además quiero quedarme hasta mañana

—¿Quién es él? Ni se te ocurra decir que es mi hijo porque eso sería mentira

—¡Que va!— rodó los ojos —Es mi hijo— sonrió

—De acuerdo, iré a preguntarle a mi esposa si te permite entrar, ojalá y diga que no— cerró la puerta —¡Nori!

—¡¿Qué?!— habló desde el segundo piso en una de las habitaciones de los muchachos

—¡Hay una visita no deseada afuera!

—Papá no estamos en el campo— se quejó Donatello desde la sala

—Donatello no digas nada, que yo no me quejó cuando te pones a ver esos dibujos y te emocionas

—¡Anime, papá! ¡Anime!— se quejó contradiciendolo

⧼╹𝐿𝑎 𝐹𝑎𝑚𝑖𝑙𝑖𝑎 𝐵𝑟𝑎𝑛𝑑𝑜╻⧽Donde viven las historias. Descúbrelo ahora