Dio Brando es un abogado de 27 años, que tiene que cuidar a sus cuatro hijos: Giorno, Donatello, Ungalo y Rikiel. Ellos le dan aliento para vivir el día a día, puesto que en el amor, no le ha ido muy bien.
∆Stands: Si, pero no tienen mucha relevanci...
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Verano de 1983, Dio tenía 21 años, estaba cursando la universidad para ser abogado especializándose en el campo penal, solo le faltaba un semestre más para finalizar su carrera. Ese mismo año, gracias a uno de sus amigos, Vanilla Ice, amigo suyo desde la preparatoria, y en uno de los tantos viajes que hizo ese año por vacaciones, conoció a Alessandra, una mujer de veinte años, de cabellos marrones y ondulado, con una figura esbelta y una piel muy blanca.
Todo transcurrió una noche de verano, habían llegado a Venecia, Italia, y se quedarían ahí las dos semanas, puesto que era uno de los lugares con más atractivos turísticos, así como hermosas mujeres; hasta ese entonces, Dio no había tenido parejas estables, solo una que otra para pasar el rato pero nada más, no estaba interesado en formar una relación cuando la prioridad era sus estudios.
—¡Instalate pronto! ¡En quince minutos nos vemos en el último piso!— hablo el castaño dándole una palmada en el hombro
El rubio asintió con una sonrisa y fue a su habitación a dejar su equipaje y ponerse ropa más cómoda. Luego, fue al piso asignado donde había una gran fiesta, todo pasaba como de costumbre, todos sus amigos se reunieron en la mesa y uno que otro acompañado ya de una hermosa italiana, él no tenía intenciones de eso, en ese momento solo quería quedar ebrio hasta que no se logrará parar; tomó una copa de whisky y luego se dirigió a la pista para bailar con sus amigos, sin embargo, entre las luces, el ruido, las voces, termino alejado de ellos junto a una castaña, bailando ambos no muy de cerca, luego de un par de canciones fueron a la barra a buscar algo frío de beber, puesto que el ambiente del sitio ya era bastante sofocante —Yo invitó— le miró de reojo y pidió dos cócteles
Sonrió —¿Cuál es tu nombre?— bebió un poco de la bebida
Por un momento quedó hipnotizado por la belleza de la mujer frente a él, las italianas realmente eran hermosas —Dio, Dio Brando a sus órdenes— beso la antemano de esta —¿Cuál es tu nombre, linda?
—Alessandra Giovanna, es un gusto— sonrió complacida —¿Eres extranjero? No había visto por aquí a alguien como tú~
—Oh sí— sonrió —Soy inglés, estoy por aquí de vacaciones con unos amigos ¿Quieres conocerlos?
Y así la noche pasó, ambos conocieron a sus amigos más cercanos, conversaron hasta que casi amaneció así como intercambiaron números y direcciones para volverse a ver. Y aunque el de ojos verdes¹ no consiguió emborracharse como lo hubiese deseado conoció a alguien que le provocó otras sensaciones.
Su estancia durante esas dos semanas fue diferente que de costumbre, la mayoría de días salió con la misma chica, ella conocía bien la ciudad, puesto que había nacido ahí, aunque su madre era de orígen japonés, esa sutil mezcla le pareció aún más atractivo; aparte de conocer Venecia cada día conoció más a la castaña, le pareció una mujer dulce, tierna y alguien con muchos objetivos en la vida, pues estaba estudiando artes y quería en algún momento viajar a Londres.
