𝐆𝐚𝐧𝐠, 𝐒𝐮𝐧𝐠𝐡𝐨𝐨𝐧.

f i v e

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Minji, como de costumbre, estaba trabajando.

Esta vez tenía nuevos clientes, lo cual le alegraba ya que con los que tenía siempre no le alcanzaba para seguir viviendo.

Con un suspiro saliendo de sus labios, se colocó bien la capucha de la sudadera y su mascarilla, sus dos ítems necesarios para tapar su identidad.

Actualmente eran las doce de la noche y estaba camino a su última entrega.

Sus piernas iban a rendirse en cualquier momento, su cabeza seguía palpitando, el dolor cabeza seguía desde esa misma mañana.

Tras el tema Heeseung, todo había ido peor.

Su ansiedad había aumentado y sus ganas de comer habían disminuido.

Observó su alrededor al haber llegado al sitio acordado y no ver nadie.

Confusa escondió su navaja en la manga de la sudadera, cruzándose de brazos esperando al chico.

A lo lejos pudo ver a un chico vestido entero de negro, su estatura alrededor de uno setenta, pelo negro y una mascarilla negra tapaba su identidad.

Minji enarcó una ceja al ver como se dirigía hacia ella, el chico podría tener dieciséis años, pero ese no era asunto suyo mientras le pagase.

- Hola - el chico le saludó y ella frunció el ceño.

Sin decirle nada le extendió la bolsa con droga y su palma abierta.

El chico la observó a los ojos por un par de segundos, sacó el dinero y se lo dejó en la palma abierta.

Minji lo contó rápidamente y asintió con la cabeza.

Se giró para irse a casa y al fin descansar, otro suspiro saliendo de sus fosas nasales.

El chico se le hacía conocido pero no sabía de dónde o por qué.

En cambio, el chico se dirigió hacia el resto de sus amigos y compañeros, entregándole a uno de los mayores la pequeña bolsa.

- Es ella - asintió con la cabeza hacia el mayor de todos.

Heeseung bufó mientras observaba a Jungwon.

- Tiene que ser mentira - habló entre suspiros.

Mientras tanto, Sunghoon y Jay ya estaban en proceso de fumarse el contenido ilegal, importandoles poco el asunto.

- Al menos vende buena sustancia - Jay encogió sus hombros en un acto de indiferencia.

- Es mejor que la tuya - Jake, quien había olfateado la sustancia, le dijo a Sunghoon.

El chico de pelo negro rodó los ojos y siguió fumando, esta vez sin hacerle ningún tipo de caso a sus amigos.

- Tengo que averiguar esto - Heeseung se apoyó contra la pared del callejón, observando las estrellas.

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