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Minji se frotaba los ojos una y otra vez, intentando borrar el cansancio, pero obviamente no servía para nada.
Entre bostezos se sentó en su sitio, murmurándole un 'buenos días' a Jake.
La apariencia de la chica llamó su atención y la de Jay también, quien estaba ocupado jugando con su teléfono.
- Buenos días princesa, ¿qué tal con el principe? - habló Jay bloqueando su teléfono y centrando su atención en la menor.
Minji soltó un pequeño 'mmhh' por su boca, intentando no quedarse dormida.
- Bien supongo - respondió ella sin hacerle mucho caso a la pregunta.
Ambos chicos rieron y ahí es cuando ella abrió los ojos por completo.
- ¡Oye! - gritó golpeándole el brazo al rubio.
Esto causó más risas entre los amigos extranjeros.
- Buenos días Min - el pelinegro se acercó a ella y alborotó sus pelos.
La nombrada giró su cabeza y observó a Sunghoon, una pequeña sonrisa en sus labios.
- Buenos días Hoon - respondió ella con el mismo tono.
No le hacía falta girarse para ver las caras de sus dos amigos, pero sabía que estarían sorprendidos a más no poder, por lo que soltó pequeñas risas.
Sunghoon sonrió ladinamente, dándole paso a su hoyuelo, al escuchar las adorables risas de la chica.
No pudieron hablar más ya que el profesor había entrado en clase así que tuvieron que colocarse en sus sitios.
Minji observó a sus dos amigos y ambos mantenían la boca abierta, observándola.
- Esperaba que os acercaseis, pero no tanto - habló Jay chillando entre susurros.
La chica le guiñó un ojo y comenzó a apuntar cosas en su libreta.
El rubio bufó y se giró, mirando hacia el frente.
Tras una larga hora que Minji quería llamar como el infierno, la alarma sonó y todos recogieron sus cosas corriendo.
Ella, sin querer, buscó a Sunghoon con la mirada, pero se encontró algo peor.
Heeseung había entrado al aula y había agarrado al pelinegro del brazo, obligándolo a salir.
Frunció el ceño y giró su cabeza para ver si alguno de los dos chicos lo había visto, pero Jay estaba descansando en su pupitre y Jake estaba haciendo lo que el profesor había mandado.
Rodó los ojos y se levantó de la silla, agarrando su teléfono y saliendo del aula con pasos rápidos.
Al salir al pasillo observó a ambos lados, intentando averiguar dónde podrían estar ambos chicos.
Su primer pensamiento fue la azotea, pero una vez llegó, no había nadie.
Minji se recorrió el centro entero, y le daba igual llegar tarde a clase o no llegar, necesitaba saber que Sunghoon estaba bien.
Sabía cómo era Heeseung y que tenía problemas de ira, por lo que no quería que el pelinegro saliera dañado.
Por la mente de la chica sólo pasaban las palabras que le había dicho el mayor anoche.
'No quiero que Heeseung te haga más daño, se que lo has pasado mal'
'Estoy harto de que siempre se salga con la suya y dañe a la gente más importante de mi vida'
'A partir de ahora voy a protegerte de todo'
Minji corría y corría por los vacíos pasillos del centro, su cabeza palpitaba por el dolor y el cansancio de no haber dormido.
Sus pies y piernas dolían, pero seguía buscando al chico.
No quería rendirse, pero tras no encontrar rastro de él no le quedó otra que de volver al aula.
Por suerte la próxima alarma había sonado, y sin ella quererlo se había saltado una clase.
Respiró hondo y entró, al instante la atención de Jay y Jake estaba sobre ella.
- ¿Dónde estabas? - preguntó el australiano preocupado.
Jay le observó con ceño fruncido, la chica se veía agitada y triste.
Minji se limitó a negar con la cabeza y se volvió a sentar en su silla.
Ambos chicos se miraban intentando adivinar qué pasaba ya que su amigo tampoco aparecía desde hace dos horas.
Entre suspiros, la chica se dejó caer en su pupitre, sus ojos cerrándose lentamente, el cansancio pudiendo con ella.
El americano respiró hondo y entrelazó sus dedos en los mechones de la chica, dándole un pequeño masaje en su cuero cabelludo.
Minji sólo esperaba que el chico estuviese bien, necesitaba estar bien.
