𝐆𝐚𝐧𝐠, 𝐒𝐮𝐧𝐠𝐡𝐨𝐨𝐧.

t w e n t y

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Una vez el grupo de adolescentes se cansaron de estar en el arcade toda la tarde se dirigieron fuera del local, Minji más cómoda con los chicos.

Aún así no había podido acercarse a Sunghoon aunque quería, pero no tenía el valor de hacerlo, le daba miedo que le rechazase.

Un puchero decoraba los labios de la chica de forma inconsciente, Sunoo, quien estaba a su lado, se sorprendió.

- ¿Todo bien? - preguntó el chico observando las facciones de la chica.

Ella salió de su burbuja y observó al chico, asintiendo con la cabeza, su faceta seria volviendo.

El menor le brindó una sonrisa y estableció una conversación con la chica, su alegre personalidad destacando.

El pelinegro les observaba desde el fondo, esta vez con mirada triste, no había cumplido su misión y estaba decepcionado en si mismo.

- ¿Vamos a cenar? - preguntó Jake girándose observando a sus amigos.

Todos aceptaron excepto la chica, indecisa ya que no podía gastar más dinero.

- Te invito otra vez - Jay habló a su lado.

Ni siquiera la chica sabía cuándo el chico se había puesto a su lado, pero le miró con ojos tristes.

- Ya pagaste esta mañana - la chica frunció el ceño.

El rubio hizo un gesto de indiferencia.

- Te invitaría todas las veces que hagan falta - media sonrisa en sus labios y cejas enarcadas.

- Me hace sentir mal - susurró ella para que solo lo escuchase él.

Jay soltó varias risas colocando una de sus manos en el hombro izquierdo de la chica.

- Me sobra el dinero y además no está mal mimarte de vez en cuando - sus palabras iban acompañadas con un tono suave, como si fuese miel.

Minji sintió cosas en su estómago y su corazón se aceleró.

Cuando ella iba a abrir la boca para hablarle él puso un dedo en sus labios.

- Vas a venir - habló él por última vez y caminó más rápido para estar a la altura de Jungwon.

Minji suspiró hondo y se quedó al fondo de todos los chicos, cabeza agachada.

- ¿Estás bien? - preguntó el chico a su lado.

Ella se sorprendió al escuchar la voz del chico.

Ambos conectaron miradas y la menor sintió una corriente eléctrica correr por sus venas.

Los ojos del pelinegro brillaban y Minji sonrió.

- Si si, es solo que Jay es muy cabezota - ella levantó la voz para que el chico le escuchase.

El mismo giró su cabeza y le tiró un beso a la menor, sacándole pequeñas risas.

Sunghoon observó la escena, las risas de la chica sonando como la melodía más preciosa que había oído jamás.

- Es Jay, ¿esperabas algo más? - el chico esbozó una pequeña sonrisa y Minji le copió.

Tras eso se mantuvieron en silencio, Sunghoon estaba nervioso al estar junto a la chica y no sabía qué decir.

La chica tembló y se frotó los brazos, acción que el chico vio.

El pelinegro actuó rápido y se quitó la chaqueta de cuero que llevaba puesta, dejándola sobre los hombros de la chica.

Los ojos de Minji encontraron los de Sunghoon, quien apartó la mirada rápido.

- No puedo permitir que te resfríes - susurró él, inseguro de sus palabras.

Ella soltó pequeñas sonrisas y deslizó sus brazos entre las mangas de la chaqueta, recibiendo la calidez que había dejado el chico antes.

- ¿Vas a estar bien? - preguntó ella observando el atuendo del chico.

Él conectó miradas y agachó su mirada, mirando su camiseta de mangas cortas negra.

Sunghoon asintió con la cabeza, pequeña sonrisa en sus labios, hoyuelo dándose a ver.

- Voy a estar bien - habló él mientras alborotaba los pelos de la chica.

Ambos mantenían sus corazones en la mano, latiendo al mismo tiempo y con la misma rapidez.

Esa interacción no había pasado por desapercibido por ambos extranjeros, quienes chocaron sus puños al ver como su amigo se iba abriendo a la chica.

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