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Ambos jóvenes se adentraron en el hogar de la menor, un aura de incomodidad rodeándoles.
- Siéntete como en casa - Minji le sonrió suavemente mientras dejaba los zapatos en su lugar correcto.
El chico copió su acción y observó su alrededor, era lo suficientemente grande para una persona.
Sunghoon no quiso entrometerse en la vida de la chica y preguntar por qué vivía sola.
- No sé quienes son mis padres - la chica habló entre pequeñas risas.
El mayor, confuso, le observó con ceño fruncido.
- Tu cara te delata - Minji hizo un gesto de indiferencia y se dirigió hacia la cocina.
Él se mantuvo quieto en su sitio, observando un punto fijo sin siquiera prestar atención, simplemente pensando en lo que la chica acababa de decirle.
- Puedes sentarte en el sofá, no muerdo - Minji chocó su hombro contra el suyo, quedándose a centímetros del chico - a menos que eso es lo que quieras.
Hicieron contacto visual y los ojos del mayor brillaban, ilusionado por la personalidad oculta que estaba descubriendo de la chica.
Ella se separó del chico y soltó pequeñas risas, agarró la manga de su sudadera y tiró de él hacia el sofá.
- Puedes poner lo que quieras - avisó ella entre suspiros una vez se acomodó.
Sunghoon seguía sorprendido por todo, no era capaz de procesar las cosas tan rápido.
- ¿Te ha mordido la lengua el gato? - Minji se giró para mirarle, pequeña sonrisa en sus labios.
- No, pero podrías mordérmela tú - el chico le siguió el juego.
La menor soltó varias carcajadas mientras negaba con la cabeza.
- Eres tan gracioso, - dejó de reír de pronto - no juegues conmigo Park Sunghoon.
Su mirada era fría e intentaba evitar como su estómago se revolvía al hacer contacto visual con el chico de facciones serias.
- ¿Quién ha dicho que esté jugando? - enarcando una ceja él se acercó a ella.
- Tus propias acciones - susurró Minji ladeando su cabeza.
Sus narices rozaban y podían notar el aliento del otro, la tensión aumentaba pero ninguno iba a hacer nada por romperla.
- Soy más astuta de lo que piensas Park - con aún facciones serias su mirada se desvió hacia los labios del mayor.
Sunghoon seguía debatiéndose mentalmente si hacerlo o no, si dar el paso.
- Me gustaría verlo - un último susurro por parte del chico.
Minji rodó los ojos y se separó del chico, relajándose en el cómodo sofá mientras abría un paquete de aperitivos.
- Venga, si tantas ganas tienes de ver la película - la chica habló con tono burlón.
El chico chocó su lengua contra la mejilla, aún en la pose de antes, le dio una última mirada a la chica y se puso cómodo a su lado.
- Eres molesta - admitió entre suspiros.
- Para ser molesta bien que quieres pasar tiempo conmigo - ella chasqueó la lengua intentando no reírse.
Sunghoon se rindió y dejó de hablar ya que la chica sólo escupía verdades por la boca.
Agarró el mando de la televisión y buscó alguna película para ver, aunque ni siquiera pudiese concentrarse en ello.
