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Mientras Jay y Minji pasaban tiempo juntos y se unían más, el teléfono de la chica sonó, lo cual le sorprendió ya que nunca nadie le llamaba.
Extrañada lo sacó de su mochila y observó el número no añadido.
Jay observaba todos sus movimientos con ceño fruncido.
- ¿Si? - preguntó ella una vez descolgó la llamada.
Hubo silencio por un par de segundos hasta que una voz decidió hablar.
- ¿Podemos vernos? - habló el chico al otro lado de la línea.
Minji se tensó al escuchar esa voz.
No sabía cómo reaccionar, qué hacer o qué decir, su cuerpo se encontraba helado.
- Por favor, necesito aclarar las cosas - volvió a hablar el chico tras escuchar el silencio por parte de la chica.
- Heeseung no hay nada que aclarar - habló ella con el corazón a mil.
Los ojos de Jay se abrieron más de lo habitual, sorprendido al escuchar el nombre de su amigo y líder.
- Minji por favor - suplicó el chico.
Ella suspiró hondo y su cabeza se encontraba en un dilema.
- No quiero escuchar que te acercaste a mi simplemente por una misión Lee, no necesito escuchar esas palabras de nuevo - comenzó ella hablando.
Mientras tanto el rubio le observaba curioso y atento.
- Ya me quedó claro que no me querías en tu vida, si ahora has cambiado de opinión lo siento, ahora soy yo quien no te quiere en mi vida - respirando hondo soltó las palabras.
Silencio fue lo único que recibió por parte del mayor.
- Si no piensas hablar más cuelgo - su voz temblaba.
Jay observó como la chica temblaba y su respiración comenzaba a agitarse, ojos rojos y cristalinos queriendo soltar las lágrimas acumuladas.
Extendió una de sus manos para agarrar la de la chica, acariciando el dorsal de la mano con su pulgar.
Al no escuchar respuesta de Heeseung, ella colgó la llamada.
Estampó el teléfono contra la mesa y se llevó las manos a la cabeza, alborotando sus pelos y soltando la mano de su acompañante.
Ambos se mantenían en silencio, Jay le estaba dando tiempo para no agobiarle.
- Lo siento - susurró ella respirando hondo.
- No tienes por qué sentirlo - el chico le sonrió pero ella no podía verlo.
El americano extendió ambas de sus manos y apartó las de la chica de su cabeza, pasándolas por su pelo ya que había causado un desastre.
- Se que no quieres hablar de este tema pero aquí tienes un hombro donde llorar - los ojos del chico brillaban al hablar con ella.
- Me vas a hacer llorar otra vez - Minji bufó mientras le daba un pequeño golpe en la mano derecha.
Jay soltó pequeñas risas al ver la pequeña sonrisa de la chica.
- Gracias - conectaron miradas.
- No me las des, para eso estoy - los dedos del chico limpiaban el rastro que habían dejado las lágrimas.
Un puchero decoraba los labios de la chica.
- Venga acaba la comida que vamos a un sitio - el chico se alejó y le señaló con la mirada el plato de comida a medio acabar.
Ella asintió con la cabeza eufóricamente y acabó sus alimentos.
Jay sonreía cálidamente al ver como la chica se sentía más cómoda con él, y eso le llenaba.
