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Jay bostezó y Minji le dio una mala mirada, sus ojos fríos.
- No me mires así, Sunghoon nos ha mantenido en pie toda la noche hablando de ti - el rubio rodó los ojos en su dirección.
Minji se quedó helada en su sitio, espalda recta y ojos más abiertos de lo habitual.
El chico rio y se levantó, pasando por detrás suya y alborotando los pelos de la menor.
- No sé qué le has hecho, pero gracias - esta vez habló Jake, quien acababa de llegar justo.
La chica no pudo evitar sonrojarse y agachar su mirada.
- Quien lo diría que la chica más fría de todo el centro iba a estar sonrojándose frente a miembros de una mafia - volvió a hablar Jake.
- Eres irritante - le golpeó ella el hombro y bufó.
- Aún así me quieres - el australiano le sacó la lengua.
Minji sonrió suavemente y saltó del susto al notar una mano en su hombro.
- Te he traído un sándwich, no sabía qué querías de comer - hizo contacto visual con el pelinegro.
Ella volvió a quedarse helada en su sitio, no podía apartar la mirada del chico que se encontraba frente a ella.
- ¿Tengo algo en la cara? ¿Ha pasado algo? - preguntó él confuso.
Minji no podía procesar lo bien que se veía el chico con su pelo negro azabache y reflejos rubios, todo recogido en una pequeña coleta.
A todo eso se le sumaba las heridas que estaban a medio curar en el puente de su nariz, mejilla y comisura del labio.
Aprovechó que el chico se había sentado a su lado para dejar un corto pero apasionado beso en sus labios, sus manos acunando los costados de la cara del chico.
Todos observaban la situación anonadados, sorprendidos por la noticia.
- No puedes ir tan guapo sin siquiera intentarlo Park Sunghoon - habló ella con tono fuerte y ceño fruncido.
El chico sonrió ladinamente y le guiñó un ojo.
- Es mi encanto - susurró él contra su oreja mientras se acercaba más a ella y rodeaba su cintura con uno de sus brazos.
Minji rodó los ojos y centró su atención en el sándwich que el chico le había comprado para desayunar.
- ¿Pensabas decirnos algo? - habló Sunoo rompiendo el silencio.
Sunghoon soltó pequeñas risas mientras Minji dejaba que el chico contestara las preguntas de sus amigos.
- ¿Sorpresa? - dijo el pelinegro sonriéndole a sus amigos.
Ellos fingieron enfado pero estaban más que feliz por ver a su amigo y hermano poder salir del profundo hoyo en el que había caído hace años.
Todos excepto una persona en concreto, Heeseung.
El mayor bufó al ver a todos sus miembros pasar el tiempo juntos y reír mientras él se encontraba apoyado en la puerta de la cafetería observando todo de lejos.
No quería ser así, no quería llevarse mal con sus amigos, no quería pegarse con Sunghoon, no quería que su primer amor no quisiera verle la cara.
El chico quería que todo volviera a la normalidad, pero cada vez lo veía más difícil.
Respiró hondo, le dio una última mirada al grupo de adolescentes y se giró en sus talones, prendiendo rumbo hacia su sitio seguro.
Jungwon, mientras tanto, se aguantó las ganas de soltar un enorme suspiro al ver como su líder lo estaba pasando mal.
Era el único que estaba enterado de ambos bandos, y quería ayudar al mayor, pero sabía que él sólo debía hacerlo.
Mientras todos charlaban tranquilamente, el teléfono de Minji vibró en su regazo y lo agarró sin darle muchas vueltas.
Tragó duro al ver el mensaje y observó al chico de su derecha, su sonrisa amplia y ojos brillando, no quería borrarle la felicidad.
Ella respiró hondo y volvió a dejar el teléfono donde estaba, agarrando una de las manos de Sunghoon y entrelazando sus dedos.
No quería que nada malo pasase.
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𝐆𝐚𝐧𝐠, 𝐒𝐮𝐧𝐠𝐡𝐨𝐨𝐧.
Fanfiction'Hasta el miembro de la mafia más famosa tiene sentimientos' Enhypen mafia au.