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Ambos estaban escondidos tras un cubo de la basura, esperando a que el alto hombre entrase en el callejón.
Sunghoon quiso reírse al ver lo rápido que caían, pero Minji le tapó la boca con la mano.
El chico observaba el perfil de la chica bajo la luz de la luna, sus facciones brillando y haciéndole parecer surreal, que para el chico lo era.
Tragó duro y desvió su mirada hacia el chico.
Ambos se miraron y asintieron con la cabeza, Minji saliendo primero y aclarándose la garganta.
- ¿Crees que está bien perseguir y observar a una menor de edad? - ella se cruzó de brazos y mantuvo sus expresiones serias.
El anónimo chico observaba a la chica con ojos serios, su mascarilla aún cubriendo la mitad de su rostro.
Sunghoon tuvo suficiente y tumbó al chico en un rápido y sutil movimiento.
Minji se acercó y le bajó la mascarilla al anónimo hombre, respirando hondo antes de hacerlo.
Un sonido de sorpresa salió de sus labios al ver de quién se trataba, Sunghoon no puedo evitar alejarse del cuerpo.
- ¿H-Heeseung? - preguntó ella con voz temblorosa.
El mayor seguía observándole con ojos serios y mandíbula apretada.
- ¿Por qué? - fue lo único que pudo soltar la menor por la boca.
Mientras ambos mantenían el contacto visual, Sunghoon miraba a su líder con fuego en sus ojos, lo único que quería era pegarle una paliza a su amigo.
- No querías hablar conmigo - respondió el mayor.
El pelinegro bufó y Minji enarcó sus cejas.
- ¿Qué tipo de motivo es ese? - preguntó ella con tono incrédulo.
Heeseung hizo un gesto de indiferencia y se intentó levantar del suelo, Sunghoon tumbándolo de nuevo al instante.
Ambos se miraban seriamente, el menor cada vez con más ganas de decorar la cara del mayor con algún corte o zonas moradas.
- Si te dice que no quiere hablar contigo, lo respetas y le dejas su distancia - habló el pelinegro entre dientes.
Minji observaba la escena con ojos cristalinos, no podía creer lo que estaba ocurriendo.
- Simplemente quiero arreglar lo nuestro Park, no te metas donde no te conviene - Heeseung copió su acción.
El menor se separó y se levantó del suelo, respirando hondo aún con su mandíbula apretada.
La chica mentiría si dijese que el chico no se veía apuesto con su pelo despeinado, mandíbula tensa y venas trazadas en su cuello, todo bajo la luz de la luna que le hacía lucir aún mas surreal.
- Quien no tiene que meterse eres tú Heeseung, ya te dijo una vez que no quiere saber más de ti, porque eso es lo mismo que hiciste con ella hace años - Sunghoon le respondió con ojos fríos.
Heeseung bufó y se levantó, esta vez si, del suelo, sacudiéndose las manos en su pantalón.
- Como si yo hubiese tenido alguna opción- murmuró el mayor.
Algo dentro del menor estalló y agarró el cuello del mayor, estampándolo contra la pared y manteniéndose a centímetros.
- No te quiero ver más cerca de ella, ¿te queda claro? - Sunghoon habló tranquila pero fríamente.
No obtuvo respuesta de su líder así que le soltó sin previo aviso y chasqueó la lengua.
Agarró la muñeca de la chica con delicadeza y la guió fuera del callejón.
No cruzaron palabras en un par de minutos, Sunghoon guiaba el camino hacia algún lado y Minji estaba segura que no era hacia su casa.
Una vez entraron en un parque y él se dejó caer en un banco, supo que algo no iba bien.
- ¿Sunghoon? - le llamó ella con tono preocupado.
El chico mantenía su cabeza entre sus manos, codos sobre sus rodillas, su respiración estaba agitada y temblaba a más no poder.
Minji frunció el ceño y se sentó a su lado, una mano en su espalda.
- Hoon, - volvió a llamarle - estoy aquí, no va a pasar nada.
El chico rompió al escuchar esas palabras y ella subía y bajaba su mano intentando reconfortarle.
Sunghoon se odiaba por haberle enseñado esa faceta a la chica, la faceta débil y vulnerable.
El mayor respiraba profundo por su nariz e intentaba no hacerle saber que estaba llorando, pero ella sabía que lo estaba haciendo.
En un rápido movimiento consiguió que el chico sacase su cabeza de sus manos y la colocó en su hombro.
- Suéltalo todo - habló ella con tono suave, el tono más suave que podría haber empleado jamás.
Y Sunghoon no pudo evitar no romperse, lágrimas cayendo por sus ojos, empapando sus mejillas y cayendo de su mandíbula.
- No tienes por qué explicarme nada ni decirme nada, simplemente suéltalo todo - ella acariciaba su cabeza suavemente.
Él agarró su mano libre y entrelazó sus dedos, apretándolos cuando intentaba no sollozar.
La chica decidió que él era más importante que todos sus recados, así que se quedó a su lado toda la noche, hasta que él lo necesitara.
Esa misma noche, ambos sintieron como su vínculo se hacía más fuerte.
Y Minji estaba segura, había captado sentimientos por el miembro de la mafia más temida en todo Corea.
¿Sunghoon?
No quería aceptar sus sentimientos, pero tras esa noche algo había cambiado en él.
