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Jay y Minji charlaban tranquilamente mientras caminaban rumbo al lugar donde iban a almorzar.
El rubio rodeó los hombros de la chica con uno de sus brazos, atrayéndola hacia su cuerpo.
- ¿Estás cómoda? Si quieres me aparto - él observó la cara de la chica, intentando buscar signos de lo contrario.
- Está bien, no me incomoda - ella sonrió, acto que hacía con él sin pensarlo.
Minji se sentía más que segura en compañía del chico americano, su presencia le transmitía tranquilidad y conformidad.
Jay le brindó una cálida sonrisa y siguieron su camino, él liderando la conversación.
Ella quería agradecerle por haberle sacado de su zona de confort, por haberle sacado una verdadera sonrisa.
- Ah, no sé que le pasa a Sunghoon últimamente, en casa también está muy raro - habló el chico entre suspiros.
La curiosidad de Minji estaba a su límite.
- Siempre se ha mantenido cerrado y frío, pero estos últimos días más, ni siquiera Jake sabe qué le pasa - chasqueó la lengua al final de la oración.
- Hace un par de días coincidimos en la madrugada, - comenzó ella hablando.
Ni siquiera ella sabía por qué estaba soltándolo, pero necesitaba contárselo a alguien.
Jay frunció el ceño al oír sus palabras.
- Tuve un día libre y fui a pasear, me lo encontré con mil latas de cerveza en el 7/11 de la esquina - ella sonrió al recordar aquella noche.
Al no escuchar respuesta por parte del chico, siguió hablando.
- Había algún chico persiguiéndome y estuvimos dando vuelta para perderle, me acompañó a casa y me protegió de un grupo de hombres mayores y borrachos, fue una noche memorable - la sonrisa seguía en sus labios.
Jay observó la sonrisa que mostraba la chica y cómo sus ojos brillaban al hablar de su amigo pelinegro.
Inconscientemente alborotó sus pelos y soltó pequeñas risas.
- Hablaré con él - intentó cambiar de tema ya que no la notaba muy cómoda.
Minji se mordió el labio inferior y tiró del brazo del chico hacia un puesto de comida callejera.
- ¿Podemos? - preguntó ella con ojos brillosos y labios en un puchero.
Jay se sorprendió al verle en ese estado pero a pesar de ello sonrió y asintió con la cabeza.
- Lo que sea por verte feliz y que te sientas cómoda conmigo - el chico habló con tono suave mientras se agachaba a la altura de la chica.
El pucho de los labios de la chica se hizo más prominente, su corazón estaba dejando entrar al rubio teñido.
- No hagas esas cosas - le lanzó una mirada fría.
- ¿Por qué? - el chico estaba confuso.
- Porque me haces querer abrirme y contarte todo - habló ella entre suspiros.
Jay soltó pequeñas risas y se puso a su altura, rodeando sus brazos en el cuerpo de la chica, brindándole un cálido y cariñoso abrazo, justo lo que ella necesitaba.
- Hazlo, no pienso dejarte sola - él susurró en su oído.
Minji no pudo evitar derramar un par de lágrimas, sus sentimientos estaban alborotados desde que el chico rubio americano se acercó a ella.
Ella pensaba que llevaba bien el tema Sunghoon, pero estaba equivocada.
Tras lo ocurrido con Heeseung, la chica tenía miedo de volver a sentir cosas por otra persona, y más o menos conociendo a Sunghoon, las cosas iban a ir por el mismo camino.
