¿Adrien le estaba dando una probada de su propia medicina? Él nunca había sido una persona vengativa, lo tenía claro. La mayor prueba de ello era que, pasados unos meses de la caída de Hawk Moth, había comenzado a visitar a su padre en la cárcel y seguía haciéndolo. Sabía de ello, aunque no porque Adrien hablara libremente de ello, con nadie en realidad. Cuando surgía el tema se cerraba en banda. Creo que las pocas veces que había visto a Adrien hablándole mal a los periodistas era cuando le hacían preguntas de su padre
Pero entonces, si tenía más que claro que Adrien no era el tipo de persona que hacía leña del árbol caído, ¿por qué no le había contestado el mensaje? ¿Le había pasado algo? No, no, seguro que no, pensó Marinette. Había visto un post en instagram de Nino y él desayunando juntos esa misma mañana. Él estaba bien.
Le dio un sorbo a su taza mientras, insegura, miraba la pantalla de su móvil. Con un suspiro de rendición, buscó nuevamente el perfil de Nino, que era quien había colgado la foto. Se le veía bien. No había rastro de ojeras ni la piel enfermiza que daba la preocupación. Tenía una mirada cálida y una sonrisa preciosa. Marinette bloqueó el teléfono, sabiendo que aquello no la llevaba a ninguna parte. Se terminó la infusión de manzanilla con lavanda y se levantó para dejar la taza en el fregadero cuando escuchó un golpeteo en su minúsculo balcón. Con duda, dejó lentamente la taza en el mostrador de la cocina antes de acercarse a las puertas acristaladas. Descorrió las cortinas antes de abrirlas con sorpresa.
—¿Chat Noir? —lo llamó, sorprendida de verle allí.
Estaba apenas a un paso de ella, acuclillado sobre la barandilla. Realmente su balcón era raquítico. Chat Noir se inclinó un poco más, sujetándose tenazmente a la baranda y acercando sus rostros. Las oscuridad de la noche y la luz de las farolas le conferían a su rostro una expresión extraña gracias al juego de sombras. Casi la hacían sentir que estaba a punto de ser cazada.
—Buenas noches Marinette —la saludó con una sonrisa pícara.
Marinette lo observó sentado en su sofá sin entender muy bien qué estaba pasando. ¿La ignoraba como Adrien, pero acudía a ella como Chat Noir? ¿A qué estaba jugando?
Le llevó un vaso de agua que bebió con calma y luego colocó en el suelo. Palmeó el espacio a su lado en el sofá para que se sentara. Marinette lo hizo sin quitarle la vista de encima.
—¿Tengo algo extraño en la cara? —preguntó Chat, divertido.
—No, no, al menos no más que de costumbre —se burló Marinette—. Solo que no te esperaba.
—Llevaba tiempo sin saber de ti —le comentó, y Marinette se preguntó si se estaba imaginando el doble sentido—. Así que pensé en pasar a saludar.
Marinette resopló.
—Agradecería que pasaras a saludarme sin intentar darme un susto de muerte.
—Tú eres demasiado dura para asustarte por eso —bromeó Chat—, además, ya tienes que estar más que acostumbrada.
Y, por triste o raro que pudiera parecer, se había acostumbrado a tener a ese gato travieso toqueteando su ventana noche sí y noche también desde hacía muchos años. Incluso antes de que terminara su gran batalla como héroes de París, cuando aún trataban de liberar a los akumatizados día si y noche también. Aunque no eran regulares, se había acostumbrado a aquellos encuentros y, en cierta medida, dependía de ellos. Había una parte de sí misma que solo salía a la luz cuando hablaba con Chat Noir siendo Marinette. Una parte que normalmente escondía del mundo, incluso de sí misma.
![](https://img.wattpad.com/cover/260616063-288-k565729.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Los secretos de Marinette
FanfictionMarinette era un libro abierto. Siempre cercana, siempre empática, siempre con el rostro lleno de tantas emociones. Pero en realidad, Marinette estaba plagada de secretos. Algunos ni ella misma los conocía. Fic del reto #marinettemarch2021.