El latido de su corazón era tan fuerte que retumbaba en sus oídos por encima del sonido de la música y los murmullos de la gente que iban in crescendo. Correteaba de un lado para otro, asegurándose de que todo estuviera en orden, mientras Mylènè se encargaba de la peluquería y Sabrina del maquillaje. Que esas dos hicieran piña y fundaran su propia empresa había sido una sorpresa para todo el mundo, pero hacían un equipo increíble y todoterreno. Mientras que Mylènè era innovadora y trepidante, Sabrina era muy elegante y tenaz. Estaban haciendo un trabajo maravilloso y agradecía muchísimo no tener que preocuparse por eso.
—Salimos en cinco minutos —explicó Michelle, la jefa de producción, cuando pasó a su lado aunque lo estaba comunicando a través del micro de diadema—, todos los modelos preparados.
Marinette dio el visto bueno a Karina, la modelo número nueve, y fue hacia la mesa donde estaban terminando de preparar a Adrien y a Juleka.
—Hola Marinette —la saludó Isla, el modelo número ocho, mientras tomaba un trago de agua a través de una pajita de papel—. Adiós Marinette —se despidió con una risita baja al verse ignorado.
Nadie se lo tomó a mal, Marinette estaba haciendo el esfuerzo de estar en todos lados a la vez. A Juleka aún le faltaban los toques finales, pero permanecía inmóvil y serena, dejando que Mylènè terminara de trabajar con su recogido, pero Adrien ya estaba listo.
—¡Ey! —la saludó Adrien, levantándose cuando Sabrina le dio permiso—. Esto es bastante impresionante, ¿verdad?
—Sí —suspiró Marinette, aquello había cogido mucha más magnitud de la esperada—. Creo que me va a dar un ataque de nervios en cualquier momento.
—Nada de eso —dijo Adrien, tomándole de las manos. Era extraño lo fácil que se les hacía ahora ese contacto y, aún así, lo torpes que se sentían—. ¿Ves a tu alrededor? Todo esto es increíble y es obra tuya.
Marinette dio un vistazo rápido a su alrededor tomando una respiración profunda antes de clavar la mirada en los ojos verdes y brillantes de Adrien.
—¡Un minuto para empezar! —avisó Michelle a través del micro con fuerza, la voz le taladró el oído y cerró un ojo ante la sorpresa—. ¡Todos los modelos preparados!
—Vamos —ordenó Marinette con una sonrisa nerviosa—, esto ya va a empezar.
Soltó el agarre de sus manos y le dio un empujón amistoso hacia la fila donde los modelos se estaban colocando bajo las directrices de Michelle. Adrien no se movió.
—¡Venga! —le pidió Marinette.
—Voy, voy —contestó Adrien, riendo ante la presión de Marinette en su espalda, empujándolo. Se giró sobre sus pies y se inclinó para susurrarle al oído—. Y estás preciosa esta noche.
Adrien dejó de resistirse y se fue con los demás, cumpliendo a rajatabla lo que Michelle les ordenaba. Marinette se esforzó por volver a concentrarse y ponerse manos a la obra, pero el sonrojo no se fue de sus mejillas.
La sala estaba llena y la expectación inundaba cada bocanada de aire. Los murmullos de los presentes se sobreponían a la música instrumental que salía por los altavoces. O así fue hasta que las luces se apagaron y la música se detuvo, llevando la tensión de la habitación hasta el techo.
La sala estalló. Las pantallas led dieron un impacto de color y la música empezó a sonar de nuevo con los pasos de la primera modelo. Mélanie desfiló con un precioso vestido gris y blanco de encaje. Una capa de tul caía desde la cintura hasta medio muslo, otorgándole un aire etéreo. Otra capa de tul caía desde el principio del escote hasta la cintura, en forma de eme continua, protegiendo las mangas de tul gris. Su piel oscura y sus enormes ojos castaños hacían vibrar los colores de la tela, pareciendo una ensoñación.
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Los secretos de Marinette
FanfictionMarinette era un libro abierto. Siempre cercana, siempre empática, siempre con el rostro lleno de tantas emociones. Pero en realidad, Marinette estaba plagada de secretos. Algunos ni ella misma los conocía. Fic del reto #marinettemarch2021.