Todas las creaciones de Marinette llevaban su firma. Vale, que había tenido algunos cambios desde que la había creado con trece años, pero en esencia seguía representada por la flor de cerezo. En realidad, era divertido pensar en cómo había surgido, aunque no se lo había contado jamás a nadie.
Fue la noche en que empezó su primera libreta de diseños, un regalo de su padre que al pasar por una librería a hacer los encargos de tarjetas para añadir en los envíos de tartas y dulces, la vio y pensó en ella. No era la primera libreta que tenía, claramente. Sus cuadernos del colegio estaban llenos de dibujos por todas partes. Pero era la primera que le regalaban específicamente para que creara sus sueños de telas y costuras. Hacía mucho que esa libreta se había agotado, pero la seguía guardando como un objeto preciado, sobre todo por la dedicatoria que su padre había escrito en la primera página.
Esa misma noche, motivada por el impulso de su padre, había empezado a dibujar. Pasaron las horas, pero ella no fue consciente del reloj ni de la forma en que la ciudad se quedaba en el silencio habitual de la noche primaveral. Se quedó dormida en su escritorio con la ventana abierta, ignorante a la brisa fría que hacía bailar las ramas de los árboles. Cuando se despertó, tenía el pelo, la libreta y, en realidad, gran parte de su cuarto, lleno de flores de cerezo que se habían colado durante la noche.
Marinette sonrió ante el recuerdo. Aquel día se había llevado tres cosas: el recordatorio de que tenía que cerrar la ventana por la noche si no quería pasarse la mañana limpiando, que dormir en su escritorio definitivamente no era buena idea, y que, como los pétalos de cerezo habían sido testigos de su nacimiento como artista, la acompañarían en su viaje. Y así había sido, seguía consigo y ya todo el mundo relacionaba esa imagen con ella, lo que era un pequeño logro del que se sentía orgullosa. La que no era tan conocida era su otra firma.
Al empezar a vender sus productos, quiso hacer una pequeña señal de aquellos que eran especiales para ella, aquellos que no estaban simplemente orientados a estar expuestos en las perchas de su pequeña boutique. Eran los que habían nacido para una persona en concreto, alguien muy querido.
Una pequeña etiqueta que iba junto a la etiqueta de su firma, una que tenía una luna que seguía el entramado metálico de la Torre Eiffel. Y todas y cada una de ellas las bordaba a mano con mucho cuidado, como estaba haciendo en ese momento con el vestido de Juleka. Era el punto final, el momento en que el traje estaba oficialmente terminado y listo para entrega. Alzó la mirada de su mesa de trabajo y observó el vestido de Rose, que estaba en una percha listo para ser correctamente guardado y trasladado.
Cuando le habían pedido que hiciera sus vestidos de novia, desde luego no había esperado hacer también de mensajera. Y como no podía entregarlo en el apartamento de las chicas por razones obvias, le tocaba ir como un agente secreto a las casas de sus padres para que no se descubriera el pastel hasta el mismo día de la boda.
—Lo que se hace por los amigos, ¿eh? —se preguntó a sí misma antes de lanzar un suspiro y cortar el hilo azul grisáceo de la etiqueta. Pinchó la aguja en el alfilero de su muñeca y alzó el vestido de Juleka con una sonrisa—. Es hora de empezar la ruta.
Marinette contempló el encantador barco antes de subir por la tarima. Pudo ver que Anarka le había dado una mano de pintura y barniz al barco desde la última vez que había estado allí, pero seguía siendo el rebelde barco de los Couffaine. Dudaba mucho que consiguieran que Anarka viviera en tierra alguna vez en su vida. Era más probable que se hundiera con el barco antes de irse a vivir al apartamento de alguno de sus hijos.
—¿Anarka? —la llamó Marinette, vigilando en todo momento que el porta trajes estuviera seguro y a salvo—. ¿Hola?
—¿Marinette?
![](https://img.wattpad.com/cover/260616063-288-k565729.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Los secretos de Marinette
FanfictionMarinette era un libro abierto. Siempre cercana, siempre empática, siempre con el rostro lleno de tantas emociones. Pero en realidad, Marinette estaba plagada de secretos. Algunos ni ella misma los conocía. Fic del reto #marinettemarch2021.