Aquello era un error. Era un tremendo error. Lo sabía incluso antes de recitar el hechizo de transformación. Pero aún así se vio recorriendo los techos de París bien pasada la madrugada en su búsqueda.
Las pesadillas tienen poderes sorprendentes sobre nosotros. Y la de aquella noche había sido horrible. Lo había vuelto a ver tendido en aquel frío suelo blanco de cerámica del baño. Los vómitos de sangre lo ahogaban, pero ella no podía moverse, no podía correr hacia él para socorrerle. No importaba cuánto peleara, cuánto gritara, cuánto llorara de pura desesperación... No podía acercarse a él y Adrien no podía escucharla. Solo podía verle convulsionar , sufriendo y sin poder respirar. Perdiendo el color de su rostro, como si la sangre derramada se llevara toda la vida con él. Dejándose atrapar por la soledad y el agotamiento, dejándose hundir por las entrañas de la muerte, tan fría y traicionera. Se había despertado llorando y con el corazón apretándole la garganta, impidiéndole respirar con normalidad.
Tikki había intentado tranquilizarla, hacerla salir del estupor de la pesadilla que, aún despierta, la perseguía cada vez que cerraba los párpados. Marinette estaba segura de que incluso había usado algún tipo de magia en ella, pidiéndole ayuda a Wayzz, pero no era capaz de recordarla con claridad. Al final, habían decidido combatir su miedo, no con calma y serenidad, sino con adrenalina.
Así que había recurrido a la magia de un compañero muy particular que estaba bien acostumbrado a esconderse en las sombras de la noche. Bañada por la luz de la luna, LadyNoir correteó por los tejados de París directa al hospital. Le apretaba el corazón con el pecho, cada vez más y más. Empeoraba según se acercaba al hospital.
Cuando finalmente se coló en la habitación de Adrien, lo hizo con el sigilo de un gato sin garras.
Con la luz pálida y melancólica de la luna cubriéndole por completo, Marinette se preguntó dos cosas. La primera era "¿cómo es que puedes dormir con tanta luz?" y la segunda fue "¿cómo puedes ser tan endemoniadamente guapo?". Ayudaba que ya se había recuperado lo suficiente para recuperar el color en la cara, aunque había adelgazado un poco. Pero definitivamente estaba mucho mejor que hacía un par de semanas, cuando había estado inconsciente y los había tenido a todos con el corazón en la boca.
El lado malo de su recuperación, por encontrarle uno, era que ya sólo les dejaban ver a Adrien en horario de visita, lo que eran unas horas bastante más limitadas de las que le gustaría. Quizás era por la distancia o por saber que no había ninguno de sus amigos velando su sueño, pero sus pesadillas habían ido a peor. Quizás también fueran los remordimientos. Marinette no sabía cómo había tenido la sangre fría para quitarle el anillo cuando nadie miraba, negándose a dejar el prodigio del gato a merced de cualquiera que pudiera aprovecharse de que Adrien estaba inconsciente. Quizás había sido una acción de lo más egoísta, sabiendo que dejaba a Adrien desprotegido, como un ciudadano más cuando definitivamente no lo era. Pero, por desagradable que fuera, su obligación como guardiana había imperado en su decisión.
Quizás por eso se sentía tan culpable que sus acciones la perseguían hasta en sus pesadillas, no podía ser nada más, por eso es que había huido de su cama para encontrarle. Pero dormía plácidamente, como un niño con su mantita favorita. Con un pequeño suspiro de tranquilidad, se marchó sigilosamente de la ventana antes de despertarlo. Ignorante de los ojos verdes que la observaban a través de sus pestañas, fingiendo dormir profundamente, pero sin perderla de vista hasta que volvió a desaparecer.
Miércoles, 10 de marzo de 2021
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Los secretos de Marinette
Fiksi PenggemarMarinette era un libro abierto. Siempre cercana, siempre empática, siempre con el rostro lleno de tantas emociones. Pero en realidad, Marinette estaba plagada de secretos. Algunos ni ella misma los conocía. Fic del reto #marinettemarch2021.