Capítulo 12: Vacaciones

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La salida de Adrien del hospital fue casi tomada como un día de fiesta por todos. Desde que la doctora les había notificado la fecha del alta de Adrien, habían puesto en marcha todos los preparativos para tener unas pequeñas vacaciones.

Marinette se tiró de espaldas sobre el césped, controlando la caída con las rodillas para no hacerse daño. Disfrutó del aire limpio y la calidez del sol sobre su piel. Cerró los ojos, saboreando el aroma a flores silvestres, escuchando el crujido de las hojas con la brisa y sintiendo el calor de la mañana sonrosarle suavemente la piel. Escuchó el crujido de la hierba cuando alguien se estiró a su lado. No necesitó abrir los ojos para saber de quién se trataba. Después de pasar tantas horas juntos en aquel antiséptico hospital, había aprendido a distinguir su olor con facilidad. No era un perfume artificial, se trataba del aroma natural de su cuerpo. Fragante y refrescante, era una sensación agradable en sus pulmones. Por todos los prodigios, parezco una acosadora loca, pensó Marinette con un escalofrío.

—Echaba tantísimo de menos estirarme así al sol —suspiró Adrien.

Marinette se rió entre dientes y lo miró. Adrien estaba tendido igual que un gato al sol. Le faltaba poco para ponerse a maullar. Tenía los ojos cerrados y una sonrisa calmada, era una expresión completamente relajada. Una de sus manos había revuelto sus cabellos dorados y Marinette apreció el brillo plateado del prodigio del gato en su mano. Era un alivio que lo tuviera de vuelta.

La noche antes de que le dieran el alta, se había colado en la habitación de Adrien y había dejado el anillo en la mesilla junto a la cama. Tuvo la terrible sensación de que estaba siendo observada, pero no había nadie más en la habitación de Adrien y él dormía profundamente. Relacionó aquella sensación a la preocupación y a la paranoia y se esfumó en la oscuridad de la noche.

Le alegraba saber que volvía a estar protegido, pero le aterraba encontrárselo como Chat Noir y tener que darle explicaciones. Porque las pediría. Tendría que inventarse algo muy convincente para no hacerle creer que conocía su verdadera identidad. Como que se había dejado guiar por Plagg y había tenido los ojos cubiertos, o que había enviado a Tikki a dejar el anillo en su lugar o... No sabía que más excusas se le podían ocurrir, pero ninguna le parecía creíble. Y tenía que serlo. Seguro que lo sospechaba, por no decir que lo sabía. No podía quitarse esa sensación del cuerpo.

—¡Ey, vosotros dos! —los llamó Alya desde la terraza de la casa—, ¡vamos, el brunch ya está!

Con un suspiro resignado, los dos se irguieron para sentarse y hacerle un gesto afirmativo a Alya. Adrien no podía hacer muchas locuras, así que habían optado por esconderse en la casa rural del tío de Nino. Estaba perdida en las montañas, en un pueblo con poquísimos habitantes, una pequeña iglesia, un bar con su tienda adosada y un restaurante. No había hospital, pero sí un médico que era conocido de Nino de sus vacaciones allí de niño. La misma Chloé les recomendó esconderse para que Adrien pudiera relajarse, escondiéndole el hecho de que la noticia de su hospitalización había escapado de las paredes del hospital y había llegado a la prensa. Ella combatiría el temporal mientras ellos escondían a Adrien.

Marinette se levantó, observando la expresión tranquila de Adrien. No lo había visto tan descansado y relajado en años, y era extraño que hubiera tenido que estar hospitalizado para conseguirlo. Aunque también lo era que ella hubiera necesitado verlo en una cama para suprimir sus miedos y volver a acercarse a él. Le tendió la mano para ayudarle a levantarse. Adrien la observó durante un segundo y sus ojos verdes escondieron algo que Marinette no pudo identificar, fue algo demasiado fugaz, demasiado rápido. Fuera lo que fuera, se escondió en una sonrisa agradecida y aceptó él gesto. El contacto de Adrien era cálido y le producía escalofríos. Se preguntó si él lo había sentido, pero no se atrevió a preguntar.

Antes de que Alya les gritara otra vez, ambos regresaron al interior de la casa.

Viernes, 12 de marzo de 2021

Viernes, 12 de marzo de 2021

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