Mientras cenaban, los mugiwaras sólo veían todo el escándalo o más bien... ¿guerra? Niños y bandidos peleando por la supervivencia.
A lo lejos la gran mujer ya sabiendo que era la líder de aquellos bandidos, se encontraba intentando mantener la poca paz que mantenía aún estable en la zona un poco apartada de la guerra entre las bestias durante la cena, intentando comer como una persona civilizada incluso cuando algunos platos y vasos caían encima de ella, hasta que un gran trozo de carne llegó volando golpeando su rostro con gran fuerza rompiendo la poca tranquilidad de la mujer.
— ¡¡OIGAN!! —una vena se veía en la frente de la mujer que parecía a punto de estallar.
— Me compadezco de ella —comentó con pena, mientras los demás espectadores de la escena asentían de acuerdo a la opinión de su cartógrafa.
— Debió ser duro criar a esos monstruos —algo horrorizado comentó Usopp mientras se escuchaba una suave risa reconocida como la de Robin.
La mujer después de haber explotado y soltar maldiciones, tomó a los tres niños y así dirigirse a una puerta que resultaba el baño.
Lanzándolos dentro— ¡No salgan hasta que estén limpios! —cerró la puerta dejando a los niños restándoles importancia a aquella actitud de la mujer.
Estos empezaron a lavarse y a juguetear al mismo tiempo, Ace molestaba a Sabo, mientras Luffy parecía que le costaba tirarse agua.
Mientras tanto los bandidos junto con la mujer se encontraban limpiando la zona donde fue aquella batalla campal. Al terminar de limpiar, la mujer junto con los bandidos suspiró complacidos por la limpieza que ahora abundaba en la casa, aunque eso no duró mucho.
Los tres niños en toalla salieron persiguiéndose del baño recién bañados, con agua aun escurriendo por sus cuerpos, mojando el suelo a su paso.
El más pequeño de los tres se colgó en donde se encontraba una hoya así tirándola al suelo, ensuciándolo nuevamente.
La tripulación solamente miraba con bastante pena a la mujer, admirando un poco la paciencia que tenía con los niños, aunque parecía que en algunos momentos parecían acabar con ella.
Dirigieron la mirada a la mujer y de igual forma sus bandidos lo hicieron de la misma manera.
— jefa... —comentó Dogra que se limitaba a decir algo más al notar como Dadan volteaba a verlo rompiendo en dos la escoba que tenía en mano. Mientras la tripulación del más menor de los niños sólo miraba la situación con una pequeña gota en la sien.
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Al día siguiente, los niños salieron animados hacia el bosque y detrás de ellos Los sombrero de paja los seguían con curiosidad de que harían ese día, habían escuchado algo de entrenar, así que les daba curiosidad que tipo de entrenamiento tenía su capitán junto con sus hermanos cuando era niño.
— Gomu Gomu no... ¡Pistol! —se lanzó el más menor al pecoso mientras giraba su brazo torpemente, demostrando su falta de habilidad que tenía en esos momentos. Así falló el golpe hacia el mayor dándose el mismo en la cara, mientras tanto el pecoso chasqueó la lengua y le tiro una patada en la cara al pequeño.
— ¿¡Qué demonios haces!? —preguntó el mayor mientras fruncía el ceño como era costumbre— ¿De qué demonios sirve esa habilidad? —dijo el mayor histérico mientras el pequeño mugiwara se reincorporaba en su posición sobando su mejilla, para luego levantarse rápidamente y velocidad para replicar a su hermano.
— ¡Cállate! ¡Algún día mi Gomu Gomu te vencerá! —terminando de responder a su hermano para este recibir un buen golpe en la cabeza como respuesta de él, y así poniendo sus manos en el lugar donde golpeó— ¡Duele! —se quejó mientras el niño rubio solo observaba la típica actitud de sus hermanos. Río manteniendo su sonrisa se acercó al menor de ellos.
— ¡Bien Luffy! Has mejorado mucho —ánimo al menor, haciendo que este prestara atención a las palabras de su hermano más gentil con una sonrisa realmente alegre.
— Sabo, no lo animes —comentó Ace, mientras sólo Sabo soltó una pequeña risa y acaricio la cabeza del pequeño.
— Ace es muy violento con Luffy —comentó el pequeño reno el cual sólo observaba con atención junto con sus nakamas a los hermanos, mientras se agarraba de la pierna del peliverde.
— Es un pequeño monstruo, aunque claramente no es el único —respondió Usopp arqueando ligeramente su ceja mientras se rascaba la mejilla viendo a los niños.
— Y eso que no hemos visto todo —comentó Robin que se encontraba divirtiéndose por ver los momentos de los pequeños.
— Es verdad —asintió el cyborg de forma tranquila mientras otro de sus compañeros solo soltaba una risa reconocida "Yohoho".
Ellos sabían bien y lo habían visto, que, aunque Ace fuera algo agresivo con Luffy, lo cuidaba mucho al igual que Sabo, todos notaban claramente el cariño que le tenían al menor los niños mayores, que seguramente si alguien lo lastimase estos no dudarían en asesinarlo y sabían que era lo mismo para el menor.
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Recuerdos de nuestro Capitán.
FanfictionUn extraño fenómeno una noche en donde todos dormían atacó a los Mugiwaras y en sueños los mandó a 12 años en el pasado en la Isla Dawn. Donde creció su capitán.