Pasaron unos días bastante tranquilos, sin incluir que se habían encontrado con el padre de Sabo, pero de ahí a los demás días no pasó gran cosa hasta después.
Hubo una tormenta con fuertes vientos y eso hizo que su refugio se dañara, así que al día siguiente cuando el sol nuevamente estaba en la cima, se dirigieron a la Terminal Gray por piezas para reparar la base.
— ¡Genial! ¡Logramos sobrevivir a la tormenta! —exclamó Luffy mientras caminaba junto a Ace y Sabo, emocionado e hiperactivo como siempre.
— ¿Dice eso después de que casi se lo lleva el viento? Nunca cambiará. —Usopp suspiro con una ligera sonrisa mientras iban los demás detrás de los niños.
— Eso fue peligroso. —confirmó el renito que se encontraba en la cabeza del musgo.
— Aunque nuestra base quedó dañada —comentó el rubio mientras se adentraban a la Terminal Gray, nunca faltantes de sus tuberías para defenderse.
— ¡Bien, vayamos por algo de manera! —el azabache con pecas exclamó animadamente. Era un buen día después de todo.
— Quiero un catalejo —pidió el menor de los tres mientras volteaba a ver a sus hermanos.
— ¡Tonto! ¿Crees que algo así caería del cielo así nada más? —se burló Ace mientras llevaba una sonrisa en el rostro seguido de Sabo. Pues era una petición bastante simple, pero de todas formas ese basurero siempre era usurpado por los demás.
— En ese caso yo quiero un cañón —comentó Sabo lo cual hizo que el menor abriera los ojos, más emocionado que antes.
— ¡Que cayera un cañón del cielo sería genial! —dijo el menor de los azabaches sacándoles una risa a los otros niños, y una sonrisa a los Mugiwaras por la ocurrencia del pequeño Luffy.
— Hey Marimo —llamó el cocinero al notar la presencia de aquellos hombres que estaban asechando a los niños.
— Si, lo sé, ero-cook —respondió dándole a saber que él también lo había notado, eso llamó la atención de los demás exceptuando a los niños que no se habían percatado.
— Esos tipos... ¿qué planean hacer? —preguntó Franky el cual ya estaba en guardia igual que los demás, presentían que algo estaba por suceder.
— Es inútil Ace, no puedo encontrar un catalejo... —dijo el más pequeño algo desanimado por su búsqueda en vano, llamando la atención del mayor.
— Luffy, ¿por qué buscas un catalejo? ¡Ponte a buscar madera! —regaño el pecoso mientras seguía escombrando la basura en busca de madera para su base.
Por otro lado, Sabo estaba regresando con unas tablas de madera.
— Creo que esto será suficiente —el rubio tuvo más suerte ya que en su camino se encontró un catalejo, un tanto viejo y dañado, pero era lo máximo para ellos— ¡Un catalejo! Luffy se pondrá muy feliz —lo tomo con una sonrisa y la ilusión de dárselo a su hermano pequeño, sin percatarse aún de aquellos hombres que lo asechaban.
Hasta que escucho los pasos aproximarse a él, levantando la mirada notando quien estaba frente a él haciendo que cambiara su semblante alegre a uno completamente serio y a la defensiva.
— Oye, niño —dijo el más alto de aquellos hombres mientras se acercaba y los otros soltaban una risa desagradable— Nunca pensé que uno de esos tres malditos niños busca pleitos sería un noble.
— ¿Noble? ¿Sabo es un noble? —preguntó Nami algo desconcertada, había escuchado del 2do hermano de Luffy, pero nunca supo los detalles. Entonces, aunque no era el adecuado, solo podía imaginarse el dinero que tendría su familia.
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Recuerdos de nuestro Capitán.
Fiksi PenggemarUn extraño fenómeno una noche en donde todos dormían atacó a los Mugiwaras y en sueños los mandó a 12 años en el pasado en la Isla Dawn. Donde creció su capitán.