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Después de pasar horas huyendo del viejo hasta que este se cansó y regreso a la cabaña a dormir junto con los bandidos. Y en una habitación se encontraban los tres niños con algunos rasguños desconfiados de que el viejo siguiera despierto los encontrará para querer darles nuevamente una buena paliza.

— Si seguimos así, el viejo nos matará —comentó el pecoso a sus hermanos en voz baja para que nadie de los bandidos o el viejo se despertara.

— Incluso si sobrevivimos no nos dejará cumplir nuestro sueño de ser piratas —respondió Sabo a su hermano pecoso, dándole la razón a lo que este decía.

— ¡No quiero morir! —dijo Luffy con una voz llorosa quien se encontraba angustiado por la situación.

— Solo hay una solución —comentó el pecoso llevándose más atención de los dos hermanos— Es hora de independizarse hermanos.

Mientras tanto los sombrero de paja veían con confusión y curiosidad a los tres pequeños, claramente la infancia de su capitán no fue nada normal, aunque eso se lo esperaban.

A la mañana siguiente Dadan fue despertado por un intrépido golpe del pie de Garp, pero ese no fue el problema, el problema empezó cuando fijó su mirada hacia un papel que se encontraba en el muro— "Nos fuimos"... —leyó adormilada sin entrar en razón por unos segundos, para luego soltar un grito que se pudo escuchar a kilómetros de la cabaña.

Despertando a Garp y al resto de los bandidos los cuales se encontraban más angustiados que el abuelo de estos.

— ¿Qué hacemos con esto? —preguntó Dadan al viejo que se encontraba rascando su oreja mientras veía el papel soltando una risa corta sin interés.

— Que tontería.

— ¿Por qué no te preocupas? ¡Esos chicos son los más buscados de la ciudad! —comentó Dadan con preocupación— Si no fuera por nuestra protección estarían muertos ahora —siguió, mientras Garp le siguió restando importancia y así se levantó para luego salir de la cabaña y empezar su rumbo de vuelta al trabajo.

— Mis vacaciones terminaron. Asegúrate de educarlos para que sean unos grandes marines cuando vuelva.

— Vaya abuelo... —comentó Franky el cual estaba viendo toda la escena de los bandidos y el Vicealmirante junto con Zoro, Brook y Nami, los demás habían ido a seguir a los niños, pronto se volverían a reunir con ellos.

— ¿¡Me dejarás de nuevo el problema!? —preguntó Dadan exaltada.

— ¿Eh?

Limitándose a despedirse con su mano mientras sostenía el papel— ¡Hasta luego! —comentó con una sonrisa mientras veía que el marine se iba alejando, mientras tanto los Mugiwaras que estaban ahí lo veían con una pequeña gota en la sien.

La mujer al ver que el marine desapareció de sus vistas lanzó el papel al suelo bastante molesta— ¿¡Como espera que unos bandidos eduquen a unos marines!? ¡Ese viejo solo dice tonterías!

— Tiene un punto —respondió Nami, mientras suspiraba, recordando aquella escena donde revelaba al padre de Luffy para después decirles que lo olvidarán— Debe ser difícil tratar con él.

— No deberías sentirte agotada de mente cuando nuestro capitán es realmente parecido a su abuelo de carácter —comentó Zoro mientras la otra con una sonrisa agotada.

— Tienes razón.

— Cálmese, jefa... —dijo Magra, tratando de calmar a Dadan como siempre— Está preocupada por los chicos, ¿no? —siguió hablando serenamente, pero eso no evitó que se llevara una patada en la barbilla de parte de la mujer.

Recuerdos de nuestro Capitán.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora