Recuerdos de nuestro Capitán.

2

— ¿¡EEEHHH!? ¿¡LUFFY!? —todos dijeron en unísono mientras veían sorprendido al niño de 7 años en el suelo.

— ¿Qué está pasando? ¿Por qué es un niño? —
preguntó Nami mientras veía al pequeño niño con sombrero

— Entonces esos niños de antes ¿acaso eran...? —se preguntó Robin haciéndose a la idea de lo que podría estar pasando.

— U-ugh... —se quejó el pequeño niño mientras se enderezaba hasta ponerse de rodillas con algunos rasguños en el pequeño rostro.

El pequeño Luffy dirigió la mirada con el ceño fruncido al centro sin poder ver a los Mugiwaras, simplemente pensaba en cómo sus hermanos lo habían dejado atrás.

— Que lindo —pensó Robin al ver el pequeño rostro del capitán, y claro los demás no le quitaban la mirada de encima.

Entonces el rostro del pequeño azabache hizo una mueca apretando los labios con los ojos algo lagrimosos bajando la mirada intentando aguantar el leve llanto, tomando su sombrero para cubrirse un poco la cara.

— Ah, ¡que lindo! —expresó Nami encantada y algo decepcionada.

— El Luffy de ahora es una bestia —Usopp terminó de decir con un suspiro.

Por otra parte, unos pasos por detrás de aquellos que estaban encantados por el pequeño el inofensivo Capitán.

— ¿Qué estás haciendo Luffy? —se escuchó la voz del azabache mayor con pecas acercándose al más pequeño junto con un niño rubio con sombrero elegante.

— ¿Qué ocurre Luffy? Te dejaremos atrás si no te das prisa —el niño rubio le siguió después de Ace.

Éste levantó su mirada con los ojos cristalinos encontrándose con la mirada de los dos mayores, sobre todo la del pecoso, quien frunció el ceño al notar los ojos cristalizados del menor.

— ¿Estas llorando de nuevo? —preguntó en un tono duro y fastidiado.

Limpió rápidamente las lágrimas que amenazaban por salir— ¡No estoy llorando! —replicó mientras el pequeño Luffy levantó su mirada hacia el pecoso.

— Bueno, bueno... —decía el pequeño rubio quien alivió el ambiente. El pecoso suspiro molesto para luego extender su mano al pequeño de sombrero de paja.

— Vamos, tenemos que ir a cazar para la cena —Luffy al escuchar a su hermano mayor con un leve ceño fruncido lo cambio inmediatamente con una sonrisa asistiendo y se levantó con ayuda de la mano protectora de Ace mientras Sabo los veía con una sonrisa.

— Hoy comeremos venado.

— ¡Si! ¡Venado! —dijo para inmediatamente salir corriendo mientras reía.

— ¡Ah! ¡Espera Luffy! —dijeron en unísono y prosiguieron a seguir a su pequeño hermano para perderse entre los arbustos.

Mientras tanto los Mugiwaras estaban viendo la escena de los tres pequeños, dándose cuenta de quien eran esos 3 niños en realidad.

— ¿No estaremos en el pasado? —preguntó Nami mientras veía a los niños irse entre los arbustos.

— Al parecer, parece que estamos en las memorias de Luffy, ya que no nos pueden ver ni tocar y puesto que Luffy no está aquí. —aclaró Robin mientras veía a la navegante.

—¿En las memorias de Luffy? —preguntó el espadachín con el ceño fruncido, lo cual no era raro.

— Si en verdad esto son las memorias de Luffy, ¿cómo es que llegamos aquí? —preguntó Chopper.

— Eso tendremos que averiguarlo —respondió Robin con su serena sonrisa— No hay de que preocuparse, no creo que esto sea algo peligroso. ¿Así que, qué tal si seguimos al pequeño Capitán? Tal vez seguirlo nos guíe a algo.

— ROBIN-CWAN~ Siempre tan sabía~

— Que cocinero tan molesto —se quejó un Zoro que estaba atento a lo que decían sus nakamas, para cuando dijo eso Sanji volteo a ver al "marimo" con una expresión molesta pero antes de que pudiera empezar la discusión Nami habló.

— ¡Bien! Entonces sigamos a Luffy como dijo Robin.

Al terminar de decir eso todos asintieron empezando a caminar a donde se habían ido los tres pequeños niños.

— Será interesante ver lo que hacía nuestro pequeño capitán, yohohoho.

— Si, siempre me pregunté cómo fue que Luffy pasó su infancia —respondió Usopp mientras se acercaban a los demás que veían sorprendidos y preocupados por la situación que estaba ante sus ojos.

— ¡¡¡AHHHH!!! ¡¡¡AYUDA!!! —gritó el pequeño Mugiwara con lágrimas en sus ojos mientras un cien pies realmente gigante sostenía al pequeño Luffy entre su boca mientras estaba enderezada.

Ace y Sabo estaban mientras preparados para atacar y salvar a su pequeño hermano, con el ceño medio fruncido.

— Maldita sea...

— ¡Vamos Ace! —Sabo dijo para después lanzarse al mismo tiempo a aquel bicho gigante y liberar a su hermano menor llorón.

— Ah, vaya situación... —dijo Usopp mientras veía todo el escándalo en el que estaban los 3 niños

— Definitivamente — contestó Nami.