Recuerdos de nuestro Capitán.

12

Hubo de nuevo un cambio de escena al día siguiente, los Sombrero de Paja aparecieron dentro de la cabaña donde se encontraban los bandidos junto con Luffy, puesto que no había vuelto Dadan y Ace. Se preguntaban qué habría pasado, no pudieron ver lo qué pasó después de que la pelea empezara.

El pequeño con sombrero de paja, lleno de vendas aun recuperándose, estaba necio a la idea de buscar a Ace y a Dadan, y los bandidos estaban intentando a que se quedara quieto para que descansara. Chopper de igual forma que los demás estaban preocupados, eran heridas graves para un niño.

— Vamos, espera Luffy, aún no te recuperas. ¿A dónde vas? —preguntó suavemente la voz de Magra, viendo que el pequeño con el esfuerzo de mantenerse si quiera en pie, intentaba salir de la cabaña.

— Si, tiene heridas serias... y aún no sabemos dónde está Ace ni Dadan —bajo la mirada el renito expresando preocupación. Nami acarició su cabeza mostrando una suave sonrisa para calmar al más menor de la tripulación.

— Tranquilo, seguro estará bien, después de todo es Luffy... y Ace, si lo conocimos es porque todo salió bien, ¿no crees? —no estaba muy segura de la situación de la mujer, pero esperaba que estuviera bien, pero al menos logró que Chopper se calmará.

— ¡Debo buscar a Ace y a Dadan! —exclamó el más pequeño a la pregunta del mayor, haciendo caso omiso a este, saliendo al fin de la cabaña, pero no pudo dar un paso más, pues no tenía suficiente fuerza en esos momentos para seguir manteniéndose en pie.

Se abrazó a si mismo quejándose del dolor — Duele... —el bandido no tardó nada en salir por el pequeño.

— ¿Ves? Te lo dije. —tomando entre sus brazos al pequeño para volver adentro, acostándolo para volver atenderlo, mientras los demás lo rodeaban— Tus heridas son serias. Necesitas descansar.

— En este momento hay tropas del ejército para limpiar los escombros del incendio. —dijo Dogra intentando explicarle al más pequeño.

— Ellos planearon el incendio, así que no les preocupan los sobrevivientes. Te matarán si vas. —siguió mientras el más pequeño empezaba a lagrimar.

— ¡Pero...! —empezó a llorar Luffy quien se encontraba acostado tapado con cobijas y envuelto en vendas, llamando la atención de los Sombrero de Paja— ¡Quiero ver a Ace! —lloró Luffy mientras los bandidos lo escuchaban en silencio— ¡Sabo también debe estar preocupado!

La mirada de los Sombrero de Paja entristeció, viendo triste al Luffy del pasado llorar por su hermano mayor. Ciertamente eso les inquietaba más ¿Qué fue de el en Marinford y después de ahí?

Pasaron unos días después de ese acontecimiento, la cabaña tenía un ambiente pesado debido a eso, no había ánimos. Incluso los Sombrero de Paja no habían dicho nada, pasado o no, era algo que realmente los dejaba pensando.

De repente por la puerta entro un bandido agitado con lágrimas, que sonriendo les dio un aviso a sus compañeros.

— ¡Los dos han vuelto!

Esas simples palabras hicieron que todos se animaran. Los Sombrero de Paja salieron cómodamente de la cabaña a ver qué sucedía -pues podían atravesarlo por alguna extraña razón- mientras los bandidos se acumulaban en la puerta para ver quien salía primero, Luffy al ser más pequeño no le costó trabajo salir.

— Vaya fuerza monstruosa... —comentó Nami al ver la escena del pecoso cargando en su espalda a la gran mujer. Zoro sonrió, pues el hasta se ejercitaba con grandes rocas de niño.

Los ojos de los bandidos y de Luffy se ensancharon y se aguaron al ver a Ace y a su jefa al ver que realmente habían vuelto, estaban cubiertos de heridas y vendas. No tardaron nada en entrarlos a la cabaña a atenderlos.