Boku no hero academia. Mini Historias Lemon

Bakugo Katsuki. Parte 3

Advertencias:

- Contenido sexual explícito y lenguaje ofensivo.

...

Había despertado en la enfermería, sin rastro de dolor de cabeza o en mi nariz, que alivio. Parpadee varias veces para recomponerme completamente y me acomodé en la pequeña cama.

- Carajo, forcé demasiado mi quirk.- Me quejé en voz alta. Que fastidio. En Londres había podido manejar bien mi quirk y controlarlo, más no había podido descifrar la manera de usarlo en gran escala sin que me afectara tanto, justo como ahora.

Me mordí la lengua pensado en como poder solucionar esto cuando la cortina se corrió, apareciendo tras de ella Recovery Girl Junto a Aizawa. Me explicó que el uso exagerado de mi quirk había provocado la ruptura de muchos vasos sanguíneos e impedido el paso del oxígeno a mi cerebro. Por eso el dolor de cabeza y el desmayo.

Luego de dejarme ir con indicaciones de descansar lo suficiente, me encontraba en la residencia de la clase 3-A viendo la puerta de mi nueva habitación. Mi madre había enviado mis cosas en el día, por lo que habían un par de cajas y dos maletas en la entrada.

Bufé cansada, desempacaré después. Dejé mi bolso en el suelo, envié un mensaje a mi madre diciendo que todo estaba en orden y busqué en mi maleta lo necesario para darme una ducha y bajar a comer. Media hora más tarde me encontraba en la sala común sentada con Iida, Deku, Mina, Denki y Uraraka.

Luego de comer y explicarles que estaba bien, me encontraba recogiendo los platos y cubiertos, ordenándolos de manera sencilla en una mesa para facilitar el traslado hasta la cocina.

Al ser la nueva y por haber llegado tarde a comer, me dejaron en el turno de la limpieza de la cena, teniendo que lavar todos los trastes. Para mi mala suerte, tenía que compartir turno con Bakugo, pues también le tocaba según el calendario de la cocina. Genial, maravilloso.

Me encontraba lavando cuidadosamente los platos mientras él, con cara de pocos amigos, los secaba e iba guardando en el estante. La tensión podía palparse, instaurándose en el lugar un silencio muy incómodo, mismo que rompí segundos después para avisarle que ya había terminado.

No respondió, solo tomó el plato que le tendí algo brusco. Al momento de hacerlo, nuestros dedos rozaron y sentí como una corriente eléctrica me recorrió el cuerpo completamente, desde la punta de los dedos a mis pies, dejándome desconcertada. Él no se inmutó, ni movió, solamente me vio serio unos segundos de forma fugaz y tomó el plato de mis manos para terminar su parte del trabajo.

Vaya, eso sí que fue raro. Seguro fue cosa de mi imaginación, siempre estando más en la fantasía creada por mi cerebro que en la realidad. Negué para olvidar esa sensación y me sequé las manos para ahora recoger las bolsas de basura. Eran dos y una pesaba mucho más que la otra, suspiré derrotada. Genial. Alcé la vista para ver si divisaba a alguien que quisiera ayudarme y al único que ví fue a Bakugo que estaba por salir de la cocina.

Me mordí el labio. No quería llamarlo pero sola no podría con ambas bolsas, estaba demasiado cansada para hacer dos viajes, y sumado a eso, no se dónde se bota la basura. Tragué saliva, junto con mi orgullo, y lo llamé.

- ¡Bakugo!.- No se giró sino que siguió su camino, ignorándome mientras intentaba salir de la cocina. Maldito gritón.- ¡Oi Bakugo, ven acá mierda!.- Grité otra vez y logré llamar su atención, aunque estaba enojado por haberlo detenido. Me vale madres. Lo ví acercarse con los puños cerrados y quedó de frente a mí, viéndome de arriba a bajo con una mirada llena de desprecio... ¿Y coqueteo? Obvio que la primera nada más, que estúpida.