Sero Hanta. Parte 3

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Eso de que su casa estaba a la vuelta de la esquina lo dijo de forma literal. Llegamos en menos de diez minutos, aunque hubiese sido antes si un par de chicos no lo hubiesen retenido y hablado con él rápidamente.

Luego de esa extraña charla entramos al enorme edificio, uno bastante sofisticado y elegante. Lo seguí de cerca hasta el ascensor, dónde tuvimos que esperarlo un par de minutos. En ese tiempo ninguno de los dos dijo, insinuó o hizo nada. Estábamos uno al lado del otro, procesando lo que era muy probable que pasaría esta noche.

El ruido de las puertas abriéndose nos hizo sobresaltar al mismo tiempo, arrancando una risa nerviosa de cada uno. Me dejó pasar primero y luego entro él marcando el último piso, el penthouse, junto con una clave numérica y escáner de retina. Mentiría si dijera que no me sorprendió, pero debí suponerlo cuando me trajo hasta este enorme edificio.

Seguimos en silencio en el ascenso, dónde ahora sí se estaba tornando un poco incómodo. Me recosté de la pared metálica y cerré los ojos, sintiendo el frío traspasar la tela de mi vestido. Estaba agotada, había sido un día largo.

De forma fugaz, imágenes de la noche en el club comenzaron a invadir mi mente dónde un chico resaltaba considerablemente entre los demás. Y no solo él sino su forma de bailar, de hablar, de como tocaba con delicadeza mi cuerpo y sus dulces labios sobre los míos. Mierda.

Abrí los ojos al sentir una corriente eléctrica recorrer mi espina dorsal y al enfocar la vista, atrapé al chico de cabello negro viéndome fijamente y con una pequeña sonrisa.

- ¿Que habrás recordado para que te sonrojaras de esa manera?.- Dijo ronco, haciéndome estremecer.

- ¿Quieres averiguarlo?.- Susurré, haciendo que su sonrisa se ensanchara.

- Será un placer.- Y sin esperar más, me separé de la pared y me acerqué hasta él, lo rodee con mis brazos y junté de forma desesperada mis labios contra los suyos.

Tal vez piensa que soy una necesitada o que estoy urgida pero no importa, porque si lo estoy. Pero no de cualquier cosa sino de su toque, sus caricias y su calor.

Rápidamente rodeó mi cintura con sus manos y apretó, haciendo que ambos soltaramos un gemido ahogado. El beso era tosco y apresurado, demostrando el poco control que teníamos los dos en ese momento. Deslizó sus manos por mis piernas, amasando mis muslos con desesperación hasta que me levantó del suelo y obligó a enrollarlas en su cadera.

Se apegó más a mi cuerpo, apretando su entrepierna vigorosa contra mí. El ritmo del beso se calmó pero la intensidad incrementó, siendo ahora más profundo y marcado. Su lengua invadía sin pudor mi cavidad bucal, explorando cada fibra de mi ser. Sus delgados dedos marcaban mi piel por debajo de la tela y nuestras respiraciones se mezclaban cada vez más.

Se separó de mí rápidamente, solo para atrapar mi cuello en su lugar. Comenzó a lamer y succionar, creando pequeñas marcas en esa parte sensible. Sin inhibirse por el lugar donde estábamos, tomó el tirante de mi vestido junto al de mi brasier y los deslizó para dejar la piel de mi hombro al descubierto, la cual mordió y saboreó a su gusto.

- Sero...- Jadee.

- Mierda, dilo de nuevo.- Gruñó, mordiendo denuevo mi ahora rojiza piel.

- Sero...- Repetí, sujetando sus hombros fuertemente al sentir su dureza chocar contra mí.

- Dime.- Soltó ronco. Lo hice separar un poco, aunque eso pareció no gustarle mucho.

- Estamos en el ascensor aún.- Señalé la tabla de los números, dónde se veía perfectamente que faltaban aún 4 pisos.

Boku no hero academia. Mini Historias LemonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora