Boku no hero academia. Mini Historias Lemon

Toyomitsu Taishiro (Fatgum). Parte final

El ambiente en la sala de aquel rubio era simplemente exótico. Con una tenue luz iluminando el lugar y una suave música sonando por el espacio, acompañando a dos personas deseosas que estaban profanando el enorme sofá carmesí.

Las camisas y el brasier estaban por el suelo, contribuyendo al erotismo un poco más. Estaba aún sentada sobre Fatgum, jadeando y gimiendo de forma incontrolable mientras él masajeaba dulcemente mis senos, pellizcando de forma suave mis pezones erectos por el roce.

- Son tan suaves, me pregunto si son tan deliciosos como imagino.- Jadeó sin dejar de observar mi rostro.

- Por que... No lo averiguas.- Gemí, obteniendo una enorme sonrisa de Fatgum.

- Eso me encantaría.- Susurró, atrapando rápidamente uno de mis senos entre sus labios mientras masajeaba el otro, llevándome al cielo con su boca.

Enredé mis dedos en su cabello, atrayendolo más a mí, disfrutando de su suave lengua contra mi sensible piel. Seguí moviendo las caderas de forma lenta, sintiendo como mis bragas se empapaban cada vez más por el roce de su erección.

Llevé mi mano libre por su brazo, acariciando sus músculos bien formados mientras gemidos ahogados innundaban el lugar. Luego de varios minutos jugando con mis senos, jalé su cabeza hacia atrás para separarlo de mí y juntar nuestros labios una vez más en un húmedo beso.

- También dominante. En serio me volverás loco.- Jadeó, haciéndome estremecer.

- No hables y bésame.- Ordené. Asintió con una sonrisa de satisfacción y junto su boca con la mía de forma desesperada.

Con sus manos en mi espalda nos giró sobre el sofá, dejándome debajo de su ahora bien formado cuerpo. Siguió el beso mientras rozaba mi erizada piel hasta llegar a mi pantalón y se quedó en el botón, pidiendo permiso para seguir. Asentí rápidamente pues las palabras no querían salir de mi garganta.

Extasiado por mi reacción, desabrochó el pantalón y bajó la prenda lentamente hasta sacarlo. Lo lanzó lejos y se acercó a mi intimidad cubierta tan solo por la fina tela de mis bragas. Volvió a besar mis labios antes de emprender un camino de toques húmedos con su lengua por mi cuerpo, pasando por mi cuello, pechos, abdomen hasta llegar a mi entrada.

- Que deliciosa eres.- Susurró sobre mí, jugando con el elástico de mis bragas.

Sentirlo tan cerca de mi intimidad provocó una oleada de placer que acabó allí, humedeciendo aún más la tela. Complacido por aquello tomó la última prenda y empezó a bajarla lentamente mientras dejaba dulces besos por mi piel.

Una vez fuera, tomó mis piernas por debajo de las rodillas y las abrió, dejándome totalmente expuesta ante él. Lo observé y un gemido escapó de mí al ver su mirada llena de un hambre voraz, con sus ojos rebosantes de lujuria y con las pupilas dilatadas. Comenzó a besar la piel de mis muslos, acercándose cada vez más a mí sexo. Observé con detalle su movimiento, disfrutando de las caricias de sus labios sobre mí. Dió un último beso antes de detenerse frente a mi mojada y deseosa entrada, se relamió los labios y sonrió levemente.

- Mmm itadakimasu.- Susurró antes de pasar su lengua por todo mí sexo. Aquello hizo que un grito de placer adornara la habitación.

Su lengua se movía con destreza sobre mí, saboreando cada parte de mi intimidad mientras me sostenía firmemente las piernas para controlar mis espasmos. Una vez más enredé mis dedos en su cabello y lo acerqué a mí, haciéndolo gruñir por aquello.

Luego de unos segundos uno de sus dedos se hizo paso dentro de mi, seguido de otro, tocando ese dulce punto que catapulta el placer femenino a otras alturas. Así, estaba gimiendo sin control con un hombre entre mis piernas que estaba preparando un enorme orgasmo, mismo que llegó a su cúspide cuando succionó suavemente mi muy sensible clítoris.