Kaminari Denki. Parte final

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Advertencia: Capítulo largo.

...

Cerré los ojos y apreté los puños mientras jadeaba de forma ahogada al sentirlo entrar lentamente en mí. Kaminari maldijo por lo bajo y me besó una vez estuvo completamente dentro. Esperó un par de segundos antes de comenzar a moverse, esperando a que me acostumbrara a la invasión.

- ¿Estás bien?.- Preguntó ronco sobre mis labios.

- Perfectamente.- Respondí jadeando. Sonrió levemente y empezó a moverse.

Sus ritmo era lento pero marcado, profundo, asegurándose de tocar hasta la última fibra de mi ser con su miembro. A medida que mis gemidos subían de volumen, empezó a aumentar la velocidad, sujetándome fuerte de los muslos. El sonido de choque de pieles rápidamente inmundo la habitación, mezclándose con la música alta del bar.

Me dejé caer totalmente, acostándome en la superficie de granito. Llevé una de mis manos y la apoyé a la pared detrás de mí, minimizando el movimiento de mi cuerpo por las embestidas y profundizado su intromisión. Dejó una de mis piernas libres y tomó uno de mis senos en su lugar, apretando suavemente y pellizcando mi pezón.

- Mierda, estás tan cálida. Te ves tan sexy que parece un sueño.- Confesó, provocando un escalofríos en mi espalda.

Con mi mano libre tomé mi otro seno y comencé a masajearlo. Alcé la vista y jadee al verlo morderse el labio, concentrado viendo en dónde nuestros cuerpos se unían de forma voraz. Dejó mi seno libre, al igual que mi pierna y me sujeto por el arnés en mi abdomen.

Alcé mi mano libre y la coloqué también el la pared pues Kaminari subió la velocidad de sus estocadas. Nuestros gemidos se mezclaron con el sonido erótico en el recinto, combinados con pequeñas maldiciones y jadeos incontrolables.

Luego de unos segundos de dulce golpeteo constante y deseosa de más, bajé una mano y la llevé a mi clítoris, dónde comencé a masajear mientras Kaminari invadía mi ser hasta lo más profundo.

Siguió mis movimientos y sonrió al verme tocar de esa forma. Soltó el agarre del arnés y se inclinó sobre mí, colocando sus manos en la pared para no caerme encima.

- Córrete.- Pidió luego de unos segundos entre jadeos. Asentí ante su petición y aceleré el movimiento de mis manos. Luego de unos segundos de deliciosa fricción y maravillosas embestidas, llegué al segundo orgasmo de la noche, más prolongado que el anterior.

- Mierda.- Jadee a la vez que liberaba la presión acumulada. Las piernas empezaron a temblarme por la sensibilidad, pues Kaminari seguía moviéndose dentro de mí.

- Dios, que delicia. Estás apretando tan bien. Carajo.- Gruñó sobre mi rostro.

Se inclinó sobre mí y como pudo atrapó mis labios en un lento y húmedo beso. Jadeando y temblorosa lo seguí, disfrutando de esta maravillosa sensación que un extraño estaba brindandome.

De un momento a otro, Kaminari se alejó y salió de mí, me tomó por la cintura y me giró. Ahora estaba apoyada del torso hacia arriba en el mesón y con las piernas a cada lado tocando el piso. Sorprendida lo observé en el reflejo que el espejo de la pared me brindaba.

Sonreí ampliamente al verlo con los ojos cerrados y con las manos juntas a forma de rezo. Ahogué una pequeña risa al leer en sus labios un "Gracias Dios" y le guiñé un ojo cuando me observó por el espejo.

- Siempre hay que dar gracias.- Una vez dicho eso, se agachó y lamió de nuevo mi intimidad, robándome un gemido.

Luego de unos segundos de húmeda fricción se incorporó y tomó mis glúteos fuertemente entre sus manos. Me propinó una leve nalgada que me hizo estremecer y sonrió, satisfecho por mi reacción. Tomó mis bragas junto con las mallas rotas y las bajó, dejándome totalmente libre y vestida tan solo con el arnés de cuero.

Boku no hero academia. Mini Historias LemonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora