Dabi. Parte 1

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- Venga Lizzy, no seas aguafiestas.- Me suplicó Akane mientras hacía un enorme puchero.

- Repite otra vez por qué tengo que ir.- Dije observándola.

- Porque es una fiesta de reencuentro de la U.A y es viernes en la noche. Hace mucho no sales así y dijiste que querías despejar la mente, no has salido a divertirte desde antes de romper con el maldito de tu novio. Esta es la mejor oportunidad, así que debes aprovecharla. Además, estarás conmigo, la pasaremos bien.- Dijo con una sonrisa que adornó su cara completamente.

La quedé viendo detalladamente, repitiendo sus palabras en mi mente. Estaba cansada, solo quería estar en casa y ver películas, comer helado y tal vez llorar hasta quedarme dormida. Es la mejor terapia para mí y funciona aceptablemente.

- Y no, no dejaré que te quedes a ver películas cursis mientras te ahogas en tus lágrimas.- Espetó con una ceja alzada.

- ¿Cómo sabes...?.- La ví sorprendida.

- Por dios, te conozco tan bien como la palma de mi mano. Eres predecible amiga.- Dijo irónica.

- No soy predecible.- Dije un poco molesta.- Solo me gustan las mismas cosas, es todo.

- Lo sé, pero no crees... ¿que te vendría bien un cambio de ambiente? Al menos una vez, por un rato. Dejar de lado toda esa depresión y rutina, y disfruta de la vida.- Dijo con excesivo entusiasmo.

Hice una mueca de fastidio y sentí una almohada dar con mi rostro de lleno.

- ¡Oye!.- Me quejé sobándome la nariz. Alejé la almohada para verla y su expresión cambió de una divertida a una triste en segundos. Se vió las manos con una mirada perdida y alzó la vista a mis ojos. ¿Y a esta que le picó?

- Si no vas, me romperás el corazón y...

- Está bien, iré.- La interrumpí rápidamente al escuchar un quiebre ligero en su voz.

Una enorme sonrisa apareció en su rostro y se lanzó encima de mi en un abrazo.

- Eres una perra manipuladora.- Me quejé riendo y me apretó más, haciéndome cosquillas.

- Así me amas, zorra.- Me dijo riendo también. Después de carcajear un rato, se levantó y salió hasta su habitación.

A otras personas les resulta extraño que nos insultemos, pero para nosotras es algo natural, nuestra forma de expresar sinceramente lo que sentimos. Es divertido ver los niveles creativos de cada una con los insultos, aunque a veces parecemos un matrimonio.

Volvió segundos después con 5 vestidos diferentes. Alcé una ceja y negué.

- No, no, no, no. Si iré a esa fiesta, me vestiré yo. Aleja esa porquería de colores de mí.- Dije mientras me levantaba de la cama y entraba al baño de mi habitación.

- Jesucristo Liz, eres tan terca como una mula.- Se quejó pero me dejó en paz, pues sabía que si me presionaba, iría sola a la fiesta.

- Confía en mi gusto por una vez K.- Le grité desde la ducha, lo suficientemente alto para que me escuchará por encima del agua cayendo.

- Ya, está bien. Solo apresúrate, nos vendrán a buscar en una hora y media.- Respondió en el mismo tono.

- Está bien.- Grité en respuesta.

Conozco a Akane desde que estaba en mi padre. Si, en mi padre. Él y su padre son mejores amigos, de esos inseparables e incondicionales. Hicieron todo juntos, hasta una boda doble, y por su puesto, nuestras madres son amigas aunque no se compara su amistad con la de ellos, creo que ni la nuestra.

Boku no hero academia. Mini Historias LemonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora