Lean estaba durmiendo plácidamente, cuando de pronto alguien le echó agua en la cara, haciéndolo sobresaltar; se incorporó rápidamente, viendo a su amigo quien se carcajeaba con un vaso en su mano.
– Carter... –suspiró.– Γαμήσου. (Gamísu/Vete a la mierda)
– No sé qué dijiste, pero estoy seguro de que me insultaste o me mandaste a la mierda –rió.
– Lo segundo –se dejó caer hacia atrás.– ¿Qué mierda quieres? ¿Qué hora es?
– Las 11 y algo, te perdiste el desayuno.
– No importa.
– Por cierto, llegó esto para ti –enseñó un sobre.
– ¿Ah? –lo miró.– ¿Carta? –se incorporó de nuevo.– ¿Quién envía cartas en este siglo? –lo tomó.
– No sé. Pero levántate y vamos a comer, Carl está jodiendo desde el desayuno con que quiere ir a KFC.
– Apoyo la moción –rió.– De acuerdo, ahora me levanto.
– Bien.
El chico, Carter, giró y salió de aquel cuarto, cerrando la puerta a sus espaldas. El joven inglés bostezó, apoyó la espalda en el respaldo de la cama y revisó aquel sobre, parecía bastante normal; levantó una ceja y lo abrió, viendo dentro una hoja doblada en tres, dos fotografías y un trozo de tela con manchas. Sacó la tela, era blanca y tenía manchas de color rojo oscuro, casi café; la dejó en el sobre y tomó las fotografías: una era de su hermana, tomada desde lejos cuando salía de la estación de policía junto a un anciano de negro, y la otra era de él, del día anterior cuando ingresaba a la universidad, también tomada desde lejos.
– ¿Τι είναι...? (Ti einai...? / ¿Qué es...?)
Sacó la carta, la desdobló y comenzó a leerla:
Desde el Tártaro...
Joven Ares,
Tánatos al habla. Soy el asesino de la pareja en Central Park. Es un placer escribirle, joven Ares, nombrado como el Dios de la Guerra y Dios Supremo del Olimpo.
Joven Ares, me apena tener que enviarle esto a usted, pero su hermana Athenea ha sido una mala niña, le advertí que se quedara quieta y se ha atrevido a desafiarme. Si ella no me escucha a mí, tal vez lo escuche a usted; si ella no planea hacerme caso por las buenas, lo hará por las malas. No quisiera amenazar al joven Dios de la Guerra, pero me temo que la bella Athenea me ha orillado a esto.
Pero no se preocupe, joven Ares, no voy a matarlo. A quien mataré es a su bonita hermana, mataré a Athenea y la volveré mi obra máxima.Lo visitaré en el hospital, joven Ares, y le llevaré unas hermosas aquilegias caeruleas blancas.
Atte. Θάνατος
El chico tenía los ojos abiertos como platos. Tomó rápidamente su teléfono y marcó a la policía, más específicamente al amigo de su hermana: Paul.
– Paul, soy yo, Lean...Sí...Ah, escucha, me llegó algo extraño...Sí, ¿Cómo supiste? ...Ya veo...Claro...Está bien, gracias...Voy para allá... ¿Ah? ...Bien, te espero...Gracias, eres genial.
La llamada finalizó. El joven cerró el sobre y se levantó, buscó ropa y se cambió el pijama; tomó su teléfono, llaves y billetera y los guardó en los bolsillos de su chaqueta. Bajó las escaleras rápidamente con aquel sobre en su mano, llamando la atención de sus amigos al entrar a la sala.
ESTÁS LEYENDO
Anemoia ✒️ L Lawliet
Fanfic❝Anemoia: sentir nostalgia por un tiempo que nunca hemos conocido.❞ L es un reconocido detective privado, quien ha resuelto una larga lista de complicados crímenes en sus años de trabajo. Ama el café, dulces y todo lo que sea azúcar. Tn es una escri...