Anemoia ✒️ L Lawliet

✒️ IV: Escritora

Tn se preparó una taza de té e ingresó a su despacho, dejó esta sobre el escritorio y tomó asiento, acercó sus manos a su máquina de escribir y comenzó con dicha actividad. Su teléfono comenzó a sonar de pronto, distrayendo su atención; lo tomó y contestó.

– Rose.

– Hey, hermanita –saludó animadamente.

– Lean –sonrió.– ¿Cómo estás? ¿Qué tal va la universidad?

– Todo bien –rió.– Pero...

– ¿Uhm?

– Leí en internet una noticia que decía que recibiste una amenaza de este asesino que anda ahora.

– Tánatos.

– Ese.

– Así que llegó al internet...

– ¿Entonces es verdad?

– Bueno...Sí, lo es. ¡Pero no se lo digas a nadie! Tengo un acuerdo de confidencialidad con la policía y L.

– ¿L? ¿Estás trabajando en el caso? ¿Y con el gran y misterioso detective L?

– Sí. Pero, por favor, ni una palabra. A nadie.

– No te preocupes, mi boca está cerrada. Pero me preocupas tú, hermana.

– Estaré bien. Estoy bajo protección policial y eso, no te preocupes por mí.

– ¿Segura?

– Sí, enano –rió.– Sólo promete que no dirás nada a nadie.

– Lo prometo.

– Tampoco a nuestros padres. No quiero preocuparlos.

– Uhm. Está bien...

– Gracias.

– Pero tú promete que estarás bien.

– Lo estaré, tranquilo.

– Bien. Promesa de hermanos, Ares y Atenea.

– Promesa de Ares y Atenea –rió.

– Entonces... ¿Me consigues el autógrafo de L?

– ¿Qué? –preguntó divertida.

– Bueno, es el mejor detective del mundo. El Sherlock Holmes real. Siempre admiré su inteligencia y valentía.

– Lo sé, enano. Pero...dudo que L firme autógrafos –rió.

– Touché... –rió.– Bueno, dile que lo admiro.

– Está bien –rió.

– Bueno, te dejo ya. Debo asistir a una clase.

– Está bien. Buena suerte.

– Gracias. Cuídate.

– Tú también. Adiós.

– Bye –rió.

La llamada finalizó. Tn suspiró y sonrió, dejó su teléfono a un lado y continuó escribiendo.

[Park Central Hotel]

L mordió la uña de su pulgar, releyendo una y otra vez aquella primera carta que había llegado a la policía.