Llevaba puesto un vestido cosido a mano con retales de sueños que había ido recogiendo aquí y allá a lo largo del camino. Eran ilusiones olvidadas o abandonadas, desechadas como despojos en las esquinas de la vida. Pero aún brillaban, con ese tinte onírico de esperanza que se rebela contra el tiempo y la cordura.
Siempre le asombraba que la gente se despojara así de sus aspiraciones. Como si fueran quimeras en lugar de telares donde tejer el futuro ansiado.
Tal vez por ello la llamaban Utopía. Y quizás por ello también nadie más pudiera ver la túnica de fantasías recicladas con las que vestía su piel desnuda. Le gustaba que sus propias ensoñaciones estuvieran arropadas y bien acompañadas, para que nunca se sintieran solas.
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Cuentos para adultos
Short StoryRecopilación de los relatos cortos que he escrito y seguiré escribiendo a lo largo de los años.