Un pedacito de cielo atrapado entre rascacielos. Así era ella, su amor insomne. En una ciudad frenética donde nadie se miraba a los ojos, la única capaz de desnudarle el alma con una sola mirada. Y él, sonámbulo, con mil noches en vela a sus espaldas, tan solo quería pasar otra más junto a ella. Así que le propuso contar todas las estrellas y pedir un deseo a cada una de ellas. Él a todas les pedía lo mismo, lo repetía una y otra vez, fervientemente, como un mantra. Que no fuera a perder su pedacito de cielo. En él entraba todo el universo
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Cuentos para adultos
ContoRecopilación de los relatos cortos que he escrito y seguiré escribiendo a lo largo de los años.