Capítulo 32: Creo que nos debemos una charla

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Lizzie.

Antes de salir por aquella puerta Andrew mencionó que todo acerca del pasado de Mía lo conversarían, que lo importante ahora era que se recuperará. De eso ya han pasado un par de horas, tal vez, lo cierto es que el hecho de estar en un hospital acompañando a una persona hace que se pierda la noción de tiempo. Estuvimos hablando un buen rato con Mía sobre su pasado, siente vergüenza de ello, es lógico. Aún no puede creer que haya llegado a hacer tales cosas por un supuesto amor y más adelante solo por salvar su vida. Se arrepiente e innumerables veces de no haberlo denunciado cuando escapó, pero a veces el miedo es tan grande, que simplemente no te deja actuar. Solo era cuestión de tiempo para que la chica valiente que había dentro de ella saliera y contará todo lo que había visto, vivido y mostrar las pruebas que tenía. Y gracias a eso Bill pasó un tiempo en la cárcel y es esa también la razón busca con tanta insistencia a Mía. Para cobrar venganza.

Miro una vez más hacia la cama, desde el sofá donde me encuentro y me doy cuenta de que Mía sigue dormida, por lo que el tiempo que ha estado así me he permitido pensar, recordar y de vez en cuando imaginar lo que sería de mi vida, si todo esto no estuviera pasando. No sé porque en las últimas horas una extraña sensación se ha instalado en mi peso, y un impaciente anhelo por saber de Seth, no sé qué ocurre, pero me parece demasiado extraño. No quiero hablar con él, al menos no por ahora. No estoy celosa con él ni nada así, entiendo que él deba estar con Nicole en este momento, lo que no me gustó es que me hablara de esa manera. En otras ocasiones siempre le ha importado lo que me pasa y recuerdo que en nuestras locas vacaciones cuando empezó todo, me dijo que siempre que lo necesitara, estaría ahí para mí, recuerdo las veces que me dijo que quería incluso que me amaba, aunque en ocasiones pienso que en realidad no es así y solo es cosa del momento. Sé que nos debemos una charla, pero por lo pronto creo que no será posible y tendré que vivir con eso.

Decido estirarme un poco y descansar de estar sentada, por lo que decido ir a la cafetería del hospital, en la entrada me encuentro con el agente que ha dejado Andrew para que nos cuide y de inmediato se dirige a mí.

―Señorita, ¿A dónde se dirige? ―pregunta el hombre alto.

―A la cafetería, necesito caminar un poco―explico― No se preocupe, no es necesario que me acompañe, es mejor que se quede cuidándola a ella.

― ¿Esta segura señorita? El agente Calsen, me dijo que por ningún motivo dejará de acompañarla―insiste.

―Lo sé, pero enserio no se preocupe. Estaré bien―lo tranquilizo―En un rato vuelvo.

―De acuerdo―finalmente acepta.

Me alejo de la habitación y camino por el pasillo hacia las escaleras, para caminar un poco más y no simplemente tomar el ascensor. Cuando llego al primer piso, voy muy pensativa pensando en la inconsciente insistencia de querer saber de Seth o que lo tenga tan presente en mi mente que al bajar por las escaleras y girar para tomar las otras, choco con algo firme y fuerte, tanto que me tambaleo un poco hacia atrás, pierdo el equilibrio y caigo en el suelo. Maldigo para mis adentros.

―Lo siento. Discúlpame por favor―una voz masculina con voz angustiada se dirige a mí.

Se me hace conocida y levanto la vista para ver de quien se trata, me encuentro con el rostro preocupado de Jimmy e inmediatamente a pesar de la caída, una sonrisa se dibuja en mi rostro, es bueno verlo de nuevo porque así de cierta manera me siento un poco acompañada, no sé qué lo haya traído por aquí, pero me alegra que esté.

― ¿Lizzie? ―pregunta un poco sorprendido mientras me tiende la mano para ayudar a incorporarme de nuevo― Lo siento, ¿estás bien? ―pregunta acunando mi rostro con ambas manos.

Mi  intención era olvidarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora