Capítulo 20: Con la esperanza de que te volveré a ver...

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Seth.

Después de compartir ese pequeño momento con Lizzie y llevarle la gelatina, saludar a Julia y saber que nos apoya totalmente, la esperanza vuelve a crecer en mi interior. He pasado unos días con el ánimo por el piso y aunque he tratado de disimularlo frente a ella, ha sido una completa pérdida de tiempo, no he sido capaz de decirle todo con lo que Nicole me amenazó, podría soportar la demanda y que todos los medios se vengan encima de mí pero que me aleje de Steve, eso si que no podría soportarlo porque desde que lo tuve en mis brazos sentí esa conexión increíble y experimenté lo que nunca creí posible: que pudieras amar a una persona en un segundo.

Esta noche le han dado el alta a Nicole, pero el pequeño Steve aún tiene que seguir un poco más en el hospital. Sin embargo, antes de irnos, Nicole decide pasar a verlo y he llegado a pensar que talvez conocer al bebé y su nuevo rol de madre la haga cambiar su forma de ser, su actitud vengativa y su deseo de siempre echar a perder cualquier momento. Que ahora quiera ser mejor persona, pero la verdad es que en ella lo dudo, no creo que pueda llegar a cambiar su forma de ser ni por el bebé. La veo con Steve en los brazos, y se ve como una persona totalmente distinta a con la que he convivido en los últimos cinco meses, se ve incluso cariñosa con el pequeño, ojalá esa fuera siempre pero no es así porque en cuanto llegamos a la casa, nuevamente empieza con su mala actitud de siempre.

―Seriamos excelentes padres, pero claro tu prefieres irte con esa estúpida―suelta.

―Podremos estar en paz al menos cinco minutos o ¿es mucho pedir? ―digo con molestia mientras sirvo un vaso con agua.

―Te imaginas al pequeño Steve cuando este más grande y corra por toda la casa―dice ignorando lo que le he pedido― Pero claro tu prefieres a Lizzie, por encima de tu hijo.

Volteo los ojos y doy un golpe con la mano abierta sobre el mesón de la isla de la cocina, pero Nicole ni se inmuta.

― ¡Maldita sea! Cuántas veces tengo que decirte que no estoy poniendo a nadie por encima de Steve. Que, aunque probablemente no sea mi hijo ya lo quiero como si lo fuera ...

― ¡Es imposible que aún sigas pensando que Steve no es tu hijo! ―alza la voz.

―Tal vez lo sigo pensando porque tu me has dado más motivos de los suficientes para pensar eso y muchas cosas más―suelto.

― ¿A sí? ―me mira desafiante― ¿Y cómo cuáles? ―pregunta.

― ¿Y crees que te lo voy a decir, así como si nada? Nicole, tu eres la persona en que menos confió ya deberías saberlo.

―Pero soy tu esposa Seth―dice a modo de explicación.

― ¿Y qué? No por eso tengo que confiar en ti. Además, somos esposos, pero no por elección sino por obligación y aunque seas mi esposa eso solo lo dice un maldito papel que, si con tan solo romperlo este estúpido trato no existiera, créeme que ya lo hubiera hecho hace demasiado tiempo.

Dejo el vaso en el lavaplatos y me subo a la habitación de invitados que es en la que duermo, cierro la puerta y me tiro en la cama mirando al techo. Suspiro. Me tallo el rostro con las manos, estoy verdaderamente cansado de esta situación. No quiero estar aquí, no quiero estar con Nicole. Quiero que este infierno se termine.

He descuido un poco la Universidad con todo esto, en parte he tenido el apoyo de algunos profesores estos últimos días al enterarse que Nicole tuvo el bebé y que mi deber es acompañarla en todo este proceso. Todos piensan que estoy viviendo un momento maravilloso en la vida, que mi vida esta llena de color y arcoíris, pero lo que no saben que está cubierto por una espesa niebla que no disipa. Quiero decir que es fantástico que Steve este en mi vida, es un momento hermoso pero la situación con Nicole que me impide estar con realmente la mujer que amo es lo que ha oscurecido un poco mi vida que solo se ve un rayito de luz cuando Steve toma mi dedo con su pequeña manito y me muestra que aún existe una esperanza.

Mi  intención era olvidarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora