Lizzie
Han pasado tres días desde que murió Brett y aún me cuesta creerlo. Me cuesta creer que la locura de Brett haya llegado a tanto, haber sido capaz de planear mi muerte y luego la suya ¿para que estuviéramos juntos por siempre? Aún siento que el hecho de que yo este viva es un milagro, según me comentó Andrew, Brett murió porque tuvo mayor tiempo de exposición al químico ese por lo que no hubo nada que hacer por él, en cambio para mí por suerte mi mejor amigo llegó a tiempo y avisó a los médicos que la atropina sería lo que me salvaría y así fue me salvó, pero por ahora porque la amenaza sigue latente.
Tres días en este maldito hospital, desde que intentaron matarme no una sino dos veces, a veces me pongo a pensar, qué habré hecho yo para merecer esto, todo lo malo me pasa a mí. Tal vez lo único que hice mal en está vida fue enamorarme de la persona que no debía, enfrentarme a mis padres y luchar por mis sueños, por lo que me hacía feliz. Tal vez por todo eso el destino me lo está devolviendo de la peor manera. No lo sé.
A pesar de todo extraño a mis padres y a mi hermana, pero no me arrepiento de haberme ido a seguir mi sueño y buscar un lugar a donde pertenecer porque está más que claro que aquí en New Haven, no es y una vez más me lo demuestra. Estoy totalmente aburrida de estar en esta cama y más en el hospital, en la entrada de la habitación permanecen dos agentes del FBI que puso Andrew para mi protección y la de Mía quien se ha quedado conmigo un par de noches mientras Seth descansaba y cuidaba del pequeño Steve por lo tanto lo he visto muy poco estos días y no ha estado tan alegre y motivado como antes, tal vez se dio cuenta que todo lo que planeaba en su cabeza para que estuviéramos juntos no están fácil volverlo un hecho y no es capaz de decírmelo, pero en parte yo ya estaba consciente que tanta belleza no podría ser cierta.
Un par de golpes en la puerta interrumpen mis pensamientos y uno de los agentes abre la puerta y se asoma ligeramente.
―Señorita Lizzie, hay alguien que quiere verla. ―me informa.
― ¿Quién? ―me emociono un poco al pensar que será Seth, sin embargo, no lo es pero si es alguien a quien he echado mucho de menos.
―Puede entrar―le dice a la persona que se encuentra afuera.
En eso aparece mi hermana con su largo cabello castaño, moviéndose de un lado a otro con la velocidad que ingresa al cuarto y se acerca a mi para darme un abrazo, nunca hemos sido tan cariñosas la una con la otra, pero al parecer las circunstancias y el tiempo que estuvimos alejadas, nos hemos dado cuenta de que muy en el fondo si nos queremos, aunque a menudo no lo demostremos.
― Lizzie, nunca pensé que te fuera a echar tanto de menos. Te fuiste de la boda sin siquiera despedirte, no pudimos hablar nada. Casi muero cuando nos informaron que te habían disparado y luego que casi mueres por intoxicación con un químico. ― dice aún sin soltarme.
―Si, yo también te he echado de menos. Y lamento haberme ido de esa forma, pero necesitaba salir lo más pronto posible de ese lugar, sentía que allí sobraba que ya aquella no era mi familia―confieso.
Mad se separa de mi y me mira como si estuviera diciendo tonterías o algo por el estilo.
― ¿Cómo puedes pensar eso, Lizzie? Todos allí somos tu familia independientemente de lo que pasé entre tú y Seth. Conmigo siempre podrás contar, lo sabes.
―Si lo sé, pero note esas miradas en la boda. Mis papás apenas y medio me saludaron, me tratan peor que una extraña. No soy una extraña, soy su hija. ―digo dolida― Tal vez soy una decepción para ellos por no seguir los planes que tenían para mí, pero es que eso no me hacía feliz por eso decidí buscar mi propio camino.
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Mi intención era olvidarte
Teen FictionA veces la gente te cambia, la vida te cambia y nunca será fácil salir de donde estás pero es aún más difícil seguir igual. Por eso Lizzie ha decidido volver a comenzar en una nueva ciudad, con nuevos amigos y nuevas metas por cumplir, se ha dado cu...