Capítulo 1: O tal vez nos perdimos ambos...

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Lizzie

Fue nada más aterrizar después de casi ocho horas de vuelo en el Aeropuerto Internacional de los Ángeles que pude sentir las buenas vibras de este lugar, como si una carga pesada que llevaba sobre mis hombros se hubiera quedado en New Haven y esto solo fuera un nuevo comienzo. Y es que lo será, que no quepa la menor duda. Aún recuerdo que toda esta afición por venir a L.A nació cuando aún me encontraba en el instituto, con dieciocho años y miles de presiones encima como terminar el año bien, no reprobar ninguna materia, la insistencia por parte de profesores y mis padres sobre qué carrera iba a estudiar y el envío de solicitudes a universidades. Miré distintas Universidades fuera de New Haven porque a pesar de contar con una de las mejores universidades como lo es Yale, mi idea siempre había sido irme de ahí, tal vez por el hecho de que no quería convertirme en lo que mis padres quisieran; sin embargo a mi padre no le gusto mis planes y menos la carrera que quería empezar.

Recuerdo que me puso propuso un trato, podría irme pero con la condición de que estudiara la carrera que él considerara que era la mejor para mí o estudiar la carrera de mis sueños pero aquí mismo, así que tuve que rechazar los Ángeles para estudiar en Yale. L.A siempre había sido una de mis principales opciones, básicamente porque me encanta, por sus playas y ambientes coloridos entre otras cosas. Es una ciudad donde se cumplen los sueños y aunque al principio lo veía demasiado lejano por la actitud que tomaron mis papás en cuanto a cumplir mi sueño de venir a L.A. Así que por mi propia cuenta me lo propuse. Tarde o temprano lo lograría. Ahora se ha vuelto una realidad.

Llevo ya un mes y una semana⸻para ser exactos⸻en la maravillosa ciudad de L.A y es que cada vez que salgo a pasear me enamoro mucho más de esta ciudad y es lo mejor que puedes hacer porque al menos una ciudad no te miente, no te traiciona. Justo eso me dijo Mia, mi compañera de cuarto de la residencia, es una chica rubia latina⸻mexicana para ser exactos⸻ pero desde pequeña ha vivido en Estados Unidos específicamente en Salt Lake City. Es bastante alegre y muy loca, todo hay que decirlo. Es de aquellas personas que con tan poco tiempo de conocerlas te transmiten tanta confianza como si la conocieras desde hace muchos años, que finalmente terminas hablándole de tu vida y eso que soy bastante reservada haciendo honor a mi signo, virgo. Sin embargo con ella pude fácilmente hablar de cosas y aunque aún no sabe lo de cierta persona, que desde que pisé L.A decidí no volver a decir su nombre, si sabe que tuve una especie de decepción amorosa y por eso decidí salir de New Haven porque los recuerdos eran demasiados como para soportarlos.

Para dar inicio a mi nueva vida en L.A decidí desconectarme de todo lo que me ataba al pasado, por lo tanto cambié mi número de teléfono y el nuevo solo lo conocen dos personas, mi hermana Mad y mi mejor amigo, Andrew son los únicos con los que me interesa tener contacto, de momento. Le dije a Mad que si mis papás preguntaban por mí que les dijera que estoy bien pero que no les dijera en donde estoy y así lo ha cumplido, me dolió dejarla y lo mismo pasó con mi mejor amigo, sin embargo saqué fortaleza no sé de dónde y los animé diciendo que cuando quisieran podrían ir a visitarme y yo estaría más que encantada de recibirlos, eso les gusto.

Las primeras semanas en UCLA han sido una completa locura, he tenido que ponerme al día en las clases y todo en cuanto a lo académico se refiere. Mia me ha colaborado en todo, a pesar de que ella está en una carrera diferente, arquitectura. Hoy sábado finalmente decidimos arreglar un poco la habitación, ella su lado y yo el mío. Su lado, a comparación con el mío, está bastante bien decorado, con una par de posters de Imagine Dragons, Hasley e incluso Zayn Malik, unos cuantos atrapa sueños de diferentes colores y tamaños. Esta mujer es fan de los adornitos de plumas, igual o más que lo que yo soy fan de la coca cola. En tanto, me propongo sacar un poco de mis ahorros para comprar algo de decoración aunque sea en la tienda de un dólar, porque no soporto ver más esa pared, blanca, vacía y sin animo alguno.

Mi  intención era olvidarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora