O2 | PRIMER ENCUENTRO

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O2 | PRIMER ENCUENTRO

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O2 | PRIMER ENCUENTRO


El viaje de Nakhon Pathom a Bangkok duraba aproximadamente una hora y media si el tráfico estaba de su lado y, para la alegría de Ole Opas-iamkajorn, ese día lo estaba. Bright se había dormido apenas dejaron de verse edificios por la ventana del auto, lo cierto era que tanto elevar la vista hacia arriba lo había mareado un poco y pasó el resto del viaje dormitando abrazado a un peluche de conejo sonriente que le habían regalado esa misma mañana.

—¿Crees que las niñas ya estén listas? Me preocupa que Ice esté molestando a Mintra. ¿Win se habrá quedado dormido? —preguntó Wanchai desde el asiento del copiloto, observando cada tres segundos al cachorro en los asientos traseros—. ¡Buda! Siento que se va a desvanecer en cualquier momento. ¿Segura que no olvidamos nada? ¿Cuántas maletas eran? ¿Debimos haber traído algún mueble? ¿Qué tal algún regalo del viaje?

—Ming nunca se molesta con Ice, ya lo sabes, y Eed dice que Win se levantó por su cuenta esta mañana. No olvidamos nada, son 4 maletas y te recuerdo que los muebles están bajo cuidado del banco como parte del testamento —Ole negó con la cabeza, le divertía un poco percibir un ligero tinte de nerviosismo en el aroma de su esposo. No le sorprendía encontrarse en la misma situación—. Tee-rak, me parece que el regalo es Bright, ¿na?

Después de mantener una convivencia constante con Bright cada fin semana durante los últimos tres meses de vida de Maprang Chiva-aree y culminar dos semanas seguidas arreglando asuntos legales y dejando todo listo con servicios sociales, Ole y Wanchai se enfrentaban a lo que más les preocupaba de todo el asunto. Habían pensado en la mejor manera de preparar a sus tres cachorros para la llegada de un nuevo miembro a la manada, agradecían no tener que preocuparse por Mick en ese aspecto pero los animaba que las niñas lo hubiesen tomado bien a la primera. Mintra parecía más que contenta por tener un nuevo secuaz que no necesitase crecer antes de poder seguir sus órdenes y si Ming estaba dispuesta, Ice lo estaría.

Por otra parte, Win se había decepcionado cuando sus padres le dijeron que el niño nuevo era mayor que él. La última vez que escucho las palabras "Vas a tener un hermano" lo que habían puesto ante él era una bolita suave y dormida que tendría que proteger cuando ambos creciesen y naturalmente se imaginó que esta vez sería igual.

—Bright tiene ocho, eso es casi tu edad, ¡van a poder jugar juntos! —había dicho Ole al teléfono. Win le colgó la llamada de la forma más digna que pudo, pues al no saber qué icono de la pantalla presionar tuvo que recurrir a P'Eed.

Wanchai había dicho, viendo el lado positivo, que Win nunca había dicho que no quería un nuevo hermano, o rechazado tajantemente la idea de que un intruso empezase a vivir en su casa. El alfa estaba convencido de que, con unas cuantas cosquillas en barriga, Metawin olvidaría el inconveniente de la edad. O bueno, eso esperaba.

Con esa resolución habían empacado todos los objetos personales de Bright y, cumpliendo con lo estipulado, se lo habían llevado a Bangkok. Habían pasado el cartel que daba la bienvenida a la ciudad y en poco tiempo estarían entrando a la casa familiar donde un cuarto en el lado oeste esperaba a que el niño lo tomara como su nuevo hogar.

The Presentation [La presentación] ¬BrightWinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora