17 | LA VISITA

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17 | LA VISITA

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17 | LA VISITA


Bright genuinamente estaba pensando hacer oraciones para arreglar su karma porque esto era sin duda un inconveniente muy doloroso.

Durante su tiempo como alfa había tenido cuatro celos y calculaba que el siguiente ocurriría en menos de un mes, no es como si sintiese que se fuese a adelantar, pero lo recordaba porque estaba haciendo una cuenta mental de todas las veces que había tenido erecciones reales. Todas habían ocurrido durante su celo, lo más cercano que tuvo a una fue el día de la presentación de Win, pero la emoción de ese día no podía considerarse una erección a toda regla porque se sintió bien, no había llegado al punto de dolor al que llegaban las erecciones verdaderas.

Entonces, concluyó, oficialmente estaba teniendo su primera erección fuera del celo.

Y sí, le dolía.

Y le dolía mucho más cuando analizaba la posición en la que se encontraba. En algún momento habían acabado al revés, cuando Bright cayó inconsciente en la madrugada recordaba como Metawin lo abrazaba por la espalda. En este momento era todo lo contrario, ahora era su nong el que estaba acurrucado entre sus brazos, con su espalda pegada al pecho del joven alfa y las manos sobre las de su phi, que a su vez estaban enrolladas en su cintura.

Y aunque desde esta nueva perspectiva Bright podía sentir el suave cabello de Win en la punta de la nariz y su lobo interno juguetease casi desmayado de la alegría al despertarse con tal imagen y tal fuerte fragancia a galletas, la verdad es que había un problemita: el trasero de Metawin estaba recostado contra su entrepierna.

Sí, esa misma que estaba extendida como carpa en sus pantalones.

Bright lo sentía, la suavidad de los glúteos rozando contra él, dolosamente. Tenía miedo de respirar, cualquier movimiento por más mínimo que fuese podría desencadenar una serie de desafortunados acontecimientos.

¿Esto era una bendición o una maldición?

Desde su punto de vista, ambas.

La mitad de su raciocinio le decía que necesitaba un roce de algo para calmar el dolor, necesitaba liberarse o explotaría en el mal sentido. Bright deseaba explotar en el buen sentido.

¡Shia! ¿De donde venía ese pensamiento? Bright no se había masturbado jamás en su vida. A pesar ser un tema un poco vergonzoso, era algo normal en las personas después de empezar a tener celos; pero él realmente nunca se atrevió en ninguna de las ocasione, solo se daba largas duchas de agua fría y se tomaba los medicamentos al tiempo indicado.

Entonces, mientras se cuestionaba aquello, la tentación en forma de nong se sacudió suavemente antes de empujarse hacía atrás. De forma inevitable sintió con cada centímetro como su miembro era apretado, un corrientazo placentero despego desde ese punto hasta cubrir todo su cuerpo.

The Presentation [La presentación] ¬BrightWinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora