The Presentation [La presentación] ¬BrightWin

19 | NATURALEZA

19 | NATURALEZA

Bright se levantó de la cama cuando el calor fue demasiado y las gotas de su sudor ya empapaban la almohada. Lo único positivo era que el olor de su esencia fuertemente apegado a su sudor se mezclaba con el olor de la funda y esas partículas viajaban directamente desde su nariz hasta su miembro, que rozaba con la tela de su ropa interior.

Había estado escondido entre las mantas, apretando las piernas, por casi dos horas, pero ya le estaba pasando factura, que fueran las dos de la tarde no tenía nada que ver porque el aire acondicionado que usualmente calmaba su sensación de sofoco parecía no dar resultados después de un rato.

Bright se sentía imbécil, había tomado los supresores apenas despertó y sentía que no le hacían efecto. No podía dejar sus dedos quietos así que después de estar moviéndolos como imbécil por un rato mientras caminaba en círculos se sentó en el suelo a tocar guitarra pero se rindió cuando notó que con cada movimiento el instrumento golpeaba su instrumento. Se rio como un maniático por la comparación estúpida y quedó acostado boca abajo, aplastando su erección con su propio peso.

Empezó a pensar en la criaturita causante de su estado —porque se había prohibido siquiera pensar en eso por un buen rato—. A su mente llegaron solo las imágenes de Metawin en bañador, de las veces que iban a playa o jugaban en la piscina. El problema era que esos recuerdos no solían ser tan satisfactorios porque a medida que Win crecía su piel se hacía cada vez más sensible y sus característica de omega habían reforzado esta situación. Bright no veía a Win sin camiseta durante juegos bajo el sol desde ellos once e imaginarse al Win de once no lo emocionaba tanto como imaginar los estilizados brazos del Win de catorce.

—Hmm~ Win ja~

Su nong actual era más alto y su figura más llamativa, delgada pero estilizada y andaba siempre con una gracilidad y elegancia natural. De solo recordarlo caminar y la forma suave y linda en la que decía "P'Baii~" era suficiente incentivo cómo para que su erección doliera. Embriagándose con el olor de la bata empezó a mover las caderas de arriba hacia abajo, presionándose más contra el piso en un intento de calmar el dolor. Fue cuando sintió su propio aroma espesarse se detuvo, dándose cuenta que prácticamente se estaba masturbando con el suelo. Patético.

Se levantó de un salto y corrió a sentarse en la silla de su escritorio, con un tic en la pierna izquierda y gotas de sudor bajándole por la frente. El nunca había sentido la verdadera necesidad de tocarse durante el celo, y a pesar de que los supresores estaban pareciendo empezar a hacer efecto este calor estaba siendo mucho más fuerte que en ocasiones anteriores y su lobo interno parecía estar listo para una carrera, enérgico y preparado. Su corazón martilleaba en su pecho, a punto de salirse y apretaba la bata de baño a su alrededor. Le quemaba la espalda y sentía cosquillas en el estómago, todo su cuerpo ardía y la sensación de la bata rozándole las piernas le erizaba los brazos.