Había comenzado el séptimo grado de la educación secundaria. Siempre fui algo solitario. Medía 1.72 metros de altura, era morocho, del tipo de persona que usa camisas sobre remeras viejas y desgastadas, y me gustaba vestir de negro. Ese año, sin saberlo, cambiaría la vida del chico frío y solitario. No tenía ni idea de lo que me esperaba.
Un día, salí a pasear por un centro comercial. Quería comprar algunos pines y llaveros para mi mochila. Cerca de allí, en un parque, había una reunión de fans de Nirvana. Vi a un conocido y me acerqué a saludarlo. Para mi sorpresa, estaba acompañado de una chica muy linda. Me preguntaba en mi mente: "¿Será su novia?". Era delgada, tenía el cabello castaño claro y unos ojos cafés... Uff, esos ojos, me perdía en ellos. Media alrededor de 1.59 o 1.60 metros.
—¡Hey, Nelson! ¿No me presentas a tu novia? —grité, sin que me escuchara.
Él se dio vuelta, me vio y sonrió de oreja a oreja al verme después de tanto tiempo. Era mi mejor amigo, el único que tenía. Medía 1.80 metros, tenía una voz muy bonita, cantaba muy bien, el pelo rubio y ojos verdes. Era delgado y su sonrisa era contagiosa.
—¡Hey! —dijo, sonriendo—. Viejo, ha pasado mucho tiempo. No es mi novia, es amiga mía —dijo guiñándome el ojo.
Volteé a verla de reojo. Ella sacó una caja de cigarrillos de su bolso.
—¿Quieres? —me ofreció.
Me quedé viéndola en silencio. No fumaba, pero quise verme bien.
—No es mi marca —le respondí.
Ella sonrió de lado mientras Nelson me codeaba en señal de que entendía lo que estaba pasando.
—Debo irme —dije, comenzando a alejarme.
De repente, ella gritó:
—¿Te crees tan importante? ¡Dame tu nombre y número, bobo!
Me quedé atontado y avergonzado. Ella había dado el primer paso.
—Soy Renato —dije, desviando la mirada—. ¿Y tú, cómo te llamas?
—Alejandra —respondió suavemente. Su voz era molesta, pero a la vez tierna, como la de una hermana menor.
Intercambiamos números y me marché.
Pasaron varios días sin recibir ningún mensaje de su parte. Justo cuando estaba a punto de enviarle un mensaje de texto, mi celular sonó. Era una llamada.
—¿Hola? —contesté.
—Hola, habla Ale. Quería saber si estás libre el sábado. Me gustaría conocerte más —dijo ella, una vez más tomando la iniciativa.
—¿Qué quieres hacer? —pregunté, curioso. No podía mentir, me gustaba mucho su suave voz y me distraía por completo. Normalmente, siendo un gamer, me molestaría que me llamaran en medio de un juego online, ya que no se pueden pausar, pero aún así contesté, al ver que era ella.
—Nos vemos en la pizzería "La Romana" —dijo ella. Solo acepté.
El sábado por la mañana, estaba ansioso. Llegó la hora de la cita, 15:30. Me arreglé poniéndome mis jeans negros, una camiseta negra y una camisa celeste encima. Mi cabello es rizado, así que lo planché como de costumbre y fui a su encuentro.
Al verla allí, casi no la reconocí. En la reunión de fans llevaba una camiseta de Nirvana algo desgastada y unos jeans azules ajustados. Esta vez, se veía más femenina. Llevaba una falda azul, no muy corta, y una blusa celeste, además del cabello suelto y planchado. Igual de hermosa, me acerqué a saludarla.
Al principio fue algo incómodo. Soy muy tímido y no suelo hablar mucho con personas que apenas conozco. Ella encendió un cigarrillo. Esta vez, era la marca que le mencioné aquella vez: Palermo. Me dio uno y, aunque no fumaba, no pude negarme. Sonrió al ver cómo lo encendía, pues ya notaba que no era realmente un fumador. Fue la primera vez que fumé, y fue... sorprendentemente relajante.
Después de eso, comenzamos a salir con más frecuencia. El 10 de junio la invité a salir, la llevé a ver una película y luego a comer pizza. Estaba decidido: le diría finalmente que me gustaba. Al final de ese día, salimos de la pizzería y esperábamos a su padre. Fue en ese momento cuando empecé a hablar.
—Bien, Renato —me dije a mí mismo—. Ale, sé que nos conocemos hace poco y que dos meses no son nada, pero...
—Lo sé —interrumpió ella.
—Me gustas —dije rápidamente, pues no quería que ella diera el paso primero otra vez.
Lo dijimos al mismo tiempo. Sin más palabras, la besé. Y así comenzó todo.

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Distancias.
Ficção Adolescente"Distancias" es un viaje íntimo a través de los recuerdos, los encuentros y los silencios que marcan a fuego el alma. Dan, un joven atrapado entre la nostalgia del pasado y el vértigo del presente, nos guía con voz sincera y vulnerable por los momen...