10.07.2010
Un mes había pasado desde ese día, pero aún no podía creer que todo fuera real. A pesar de que parecía un sueño, solo había pasado un mes desde que comenzamos a salir. La tarde en que cumplimos nuestro primer mes de noviazgo, recibí un mensaje de texto de Alejandra. El contenido me sorprendió:
—Sé que es apresurado, pero... Dan, quiero que conozcas a mis padres.
Al leer esas palabras, me quedé paralizado. No esperaba algo tan rápido. Respondí casi de inmediato, algo nervioso:
—Está bien, amor. Solo dime cuándo.
No estaba seguro de qué me llevó a aceptar tan rápido, pero con el tiempo, supe que había sido la decisión correcta. Ese mismo día, celebramos el primer mes de nuestra relación. Le regalé un disco de Nirvana, su banda favorita. A pesar de que no conocía mucho de ellos en ese entonces, sabía cuánto significaban para ella. Ella, a cambio, me dio una camiseta de Iron Maiden. Aún la conservo, por cierto. En pleno restaurante, me quité la camiseta que llevaba puesta y me puse la que ella me había dado. Ella me observó y, sonriendo, susurró al oído:
—¿Y si vamos a mi casa después de aquí? Hoy no hay nadie.
Me sonrojé un poco, pero no pude resistir. Acepté sin pensarlo mucho. Terminamos de comer y nos dirigimos a su casa. Al llegar, me invitó a pasar y nos dirigimos directo a su habitación. Ahí, empecé a besarla, pero ella se separó y fue al equipo de sonido. Puso el disco que le regalé, Nevermind, y abrió las ventanas. Nos sentamos, fumamos juntos, y el momento se sintió perfecto. Mientras sonaba la música, hicimos una llamada a una heladería famosa en Paraguay y pedimos 1 kg de helado. Así, pasamos el primer mes de nuestra relación: con música, helado y muchas risas.
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15.07.2010
Programamos otra salida. Queríamos vernos de nuevo. Invitamos a Nelson y ella dijo que llevaría a una amiga. Así lo hizo. Nos encontramos los cuatro en un centro comercial, en la zona de bowling. Allí fue cuando conocí a quien luego se convertiría en mi mejor amiga: Nadia. Tenía nuestra misma edad, el cabello negro hasta la cintura, ojos castaños oscuros y un pequeño lunar cerca de la boca. Medía alrededor de 1.62 metros. A diferencia de nosotros tres, ella no fumaba ni tomaba alcohol. Era la mejor de su clase, siempre centrada en sus estudios. Nadia tenía un carácter similar al mío, siempre competitiva. Ese día jugamos en parejas: Nelson y yo contra Alejandra y Nadia. Fue mientras jugábamos que me surgió una idea:
—Nelson, ¿has pensado en cantar?
Nelson sonrió y negó con la cabeza, claramente no tomándome en serio.
—Hablo en serio. Quiero formar una banda —insistí, con determinación. Yo era un buen guitarrista, y sentía que esto podría ser el inicio de algo grande.
Ese tema se olvidó rápidamente esa tarde, pero para que sepan, dejé ganar a Alejandra. Mientras tanto, empecé a conocer mejor a Nadia. Ella se unió al grupo de amigos, y empezamos a salir con frecuencia. Nadia nunca hablaba de sus problemas. No tenía conflictos con sus padres ni malas calificaciones. Era muy popular entre los chicos, pero nunca le interesó tener novio. "Es un impedimento", decía siempre cuando le preguntaban. Esa noche, después de la partida, me quedé pensando en lo que había dicho.
Al día siguiente, hablé con algunos amigos de la escuela sobre la idea de formar una banda. Everson, un bajista increíble, aceptó al instante. Era un joven rubio de ojos miel y pelo largo, su estilo de vida era puro rockstar. Luego estaba Martín, un chico que siempre presumía de que tocaba la batería, pero ¿era realmente tan bueno? Eso tenía que comprobarlo. Era más bajo que yo, con el pelo siempre corto y un estilo de recorte cadete. Sus padres eran estrictos, pero eso no lo detenía. Era el típico chico problemático del colegio. A pesar de todo, aceptó. Solo me faltaba convencer a Nelson.
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21.07.2010
Finalmente llegó el día en que conocería a sus padres.
Fui a su casa vestido con la camiseta que ella me había regalado y unos jeans azules. Hacer un resumen de esa noche: fue una cena. Sinceramente, esperaba que fuera más difícil, pero todo salió bien. Les caí bien, me trataron con amabilidad, y todo fue mucho más fácil de lo que imaginé. La felicidad de alguien que había sufrido mucho en el pasado, finalmente, estaba llegando a su vida.

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Distancias.
Novela Juvenil"Distancias" es un viaje íntimo a través de los recuerdos, los encuentros y los silencios que marcan a fuego el alma. Dan, un joven atrapado entre la nostalgia del pasado y el vértigo del presente, nos guía con voz sincera y vulnerable por los momen...