Las cosas con Sol avanzaban más rápido de lo que había anticipado. Me gustaba demasiado, pero admitírselo a mí mismo era un desafío. Había tantas preguntas en mi cabeza, dudas que no me dejaban descansar. ¿Y si no me quería de vuelta? ¿Y si me rechazaba? ¿Y si, después de todo, simplemente se alejaba de mí? Todo eso rondaba por mi mente, y por eso, a pesar de que sentía esa atracción incontrolable por ella, me costaba dar el siguiente paso. Así que, en lugar de ser directo, me conformaba con darle pequeñas indirectas, esperando que ella entendiera lo que sentía, aunque temía que nunca fuera suficiente.
Un día, como de costumbre, la llevaba a su casa después de clases. Caminábamos juntos por la calle, riendo como niños, bromeando sobre todo lo que se nos ocurría. En un momento, sin querer, nuestras manos se entrelazaron. Fue un gesto tan natural que casi no lo notamos. Caminamos así durante casi una cuadra, nuestras manos entrelazadas, como si no hubiera nada extraño en ello, como si ese fuera el curso más natural de las cosas. Pero en el momento en que nos dimos cuenta, ambos nos detuvimos al mismo tiempo y rápidamente soltamos nuestras manos, un poco avergonzados. El silencio que siguió fue incómodo, y rápidamente cambiamos de tema, como si así todo volviera a la normalidad, pero la tensión estaba ahí, palpable entre nosotros.
Al día siguiente, me sentía extraño, con la mente a mil por hora. Tenía que hablar con ella, ya no podía seguir dando vueltas al asunto. Así que, después de clases, nos sentamos en un rincón tranquilo, y le dije lo que llevaba tanto tiempo guardando.
• Sol... me gustas, le dije, mi voz temblorosa, como si la simple afirmación pudiera cambiar todo.Ella me miró fijamente, luego soltó una risa ligera y, con una sonrisa traviesa, me dijo:
• ¿De verdad? Eres un idiota, ¿cómo no notaste todas mis indirectas?Me quedé en shock por un momento, sintiéndome un completo tonto. ¿Cómo no lo había notado antes? ¿Cómo pude ser tan ciego? Me sonrojé, y ella se rió aún más al ver mi expresión, lo que me hizo sentir aún más tonto, pero de alguna manera, también me aliviaba. Finalmente, lo había dicho en voz alta. Después de eso, la llevé a su casa, como de costumbre, pero esta vez había algo diferente en el aire. Cuando llegamos al portón, algo dentro de mí me hizo dudar. No quería irme, no quería que ese momento terminara. Tenía la necesidad de quedarme con ella, de seguir conversando, de no separarme.
En ese instante, como si fuera el curso natural de las cosas, Sol se acercó a mí y, sin previo aviso, me robó el mejor beso de mi vida. Fue un beso suave, pero lleno de emoción, como si el mundo hubiera desaparecido a nuestro alrededor. Mis pensamientos se detuvieron por completo, y todo lo que existía en ese momento era ella y yo. Ese beso fue todo lo que había esperado, pero nunca imaginé que sucedería de esa manera. Fue el principio de algo nuevo, algo que me hacía sentir nervioso y emocionado al mismo tiempo.
El lunes siguiente, algo dentro de mí sabía que tenía que hacer algo. Estaba esperando que llegara, como siempre, unos minutos antes de que sonara la campana. Cuando la vi entrar al colegio, mi corazón dio un salto. Fui con ella hasta las escaleras y, mientras hablábamos de cosas triviales, de repente me sentí decidido.
• Quiero que esto sea oficial, le dije, con una mezcla de nervios y determinación. ¿Quieres ser mi novia?Ella me miró, y por un segundo sentí que el tiempo se detuvo. Pero luego, una sonrisa iluminó su rostro, y en un gesto que me hizo sentir el hombre más afortunado del mundo, aceptó. Me besó nuevamente, y en ese momento supe que algo había cambiado para siempre.
Me quedé allí, viendo cómo se alejaba hacia su aula, mi corazón latiendo con fuerza en mi pecho. Había dado el primer paso, algo que nunca imaginé que haría, y, por primera vez en mucho tiempo, me sentí como si todo tuviera sentido. Sabía que no sería fácil, pero lo que sentía por Sol era real, y estaba dispuesto a ver hasta dónde podía llegar todo esto. Quizá no fuera perfecto, pero me importaba, y eso era suficiente.
Esta historia me trajo muchos recuerdos mientras la escribía, si los capítulos son cortos esa es la razón, decaía o pasaban recuerdos en mi mente que no quería recordar, he cambiado mucho de la historia real de mi corta vida, así no tendría problemas con que el mundo supiese de mi vida, aun así este no es el fin de la historia, apenas esta empezando, gracias a mis seguidores fieles

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Distancias.
أدب المراهقين"Distancias" es un viaje íntimo a través de los recuerdos, los encuentros y los silencios que marcan a fuego el alma. Dan, un joven atrapado entre la nostalgia del pasado y el vértigo del presente, nos guía con voz sincera y vulnerable por los momen...