Contacto.

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Luego del día de bowling, con la tensión palpable entre Marcos y yo, Nelson sugirió que nos viéramos a solas. Como él también era amigo de Alejandra, pensó que si íbamos a llevarnos bien, debía ser ahora, antes de que las cosas se complicaran aún más.

Esa tarde, me armé de valor para pedirle a Alejandra el número de Marcos. No me preguntó por qué lo quería, simplemente me lo dio con una sonrisa. A veces me preguntaba si realmente me conocía tanto como pensaba. Pero esa noche no tenía tiempo para reflexionar demasiado, tenía que hacer algo. Si realmente quería llevarme bien con él, tenía que hacerlo a su manera.

El sábado, finalmente me encontré con Marcos en el café al que habíamos acordado ir. Estaba nervioso, no solo por la situación incómoda con él, sino por cómo me sentía frente a alguien que, sin quererlo, parecía ser el contraste perfecto de todo lo que era yo. Lo miré mientras se acercaba, sonriendo de una manera burlona. "Hey, Freak," me saludó, con un tono que no pude descifrar. Su voz era ligera, casi como si no le importara nada.

Mi corazón latía con más fuerza de lo que esperaba. ¿Qué estaba haciendo aquí? ¿Cómo es que este tipo, que tiene todo lo que parece perfecto, estaba con Alejandra? Pensaba que era absurdo, que su presencia misma me hacía sentir menos. Pero sabía que debía relajarme, que tenía que ser lo suficientemente maduro para afrontar lo que fuera que viniera. No podía permitir que el orgullo me nublara, no si lo que quería era que las cosas con Alejandra fueran bien.
• "¿Qué hay, niño mimado?" le respondí, intentando mantener el tono de broma, pero mi voz sonó más amarga de lo que pensaba.

Nos sentamos a charlar, lo que al principio parecía una conversación incómoda se fue suavizando poco a poco. Marcos hablaba sobre su vida, su novia, su universidad, y aunque su actitud seguía siendo un tanto burlona, algo en su voz me indicó que detrás de esa fachada perfecta había algo más. Con el tiempo, las palabras comenzaron a fluir. Me contó que, en realidad, odiaba a Alejandra por algunas cosas que habían sucedido entre ellos. No entendí mucho en ese momento, pero por alguna razón, saber que él también tenía sus problemas con ella me tranquilizó. Quizá no todo era tan perfecto como parecía. Quizá no era tan diferente de mí, después de todo.

Pero lo que realmente me sorprendió fue que, a pesar de lo que me había dicho, su presencia seguía siendo una amenaza silenciosa. Me preguntaba a mí mismo cómo podía estar tan tranquilo, si aún sentía que en cualquier momento él podría deshacer lo que tanto me había costado construir.

23-02-2011. Antes de los eventos anteriores.

El día del examen complementario me dio una oportunidad para despejar mi mente. Tenía que asegurarme de pasar al noveno grado, pero no era fácil concentrarme cuando mi cabeza estaba llena de pensamientos sobre Alejandra y Marcos. Me sentía atrapado en ese extraño triángulo, como si las expectativas de todos fueran más importantes que las mías.

Fui a la escuela para entregar el examen, pero lo que realmente me llamaba la atención era un grupo de estudiantes en el salón del séptimo grado. Entre ellos, un grupo de chicas que claramente eran las más inteligentes del salón y un puñado de chicos que siempre parecían ser los payasos. Pero entre ellos, había una chica diferente. Estaba sentada sola en el fondo del aula, como si se hubiera desconectado de todo.

Sus ojos se encontraron con los míos por un segundo. Me sonrió, pero fue una sonrisa extraña, como si hubiera algo más detrás de su expresión. Yo no sabía quién era, pero algo en su mirada me hizo sentir curioso. A medida que salí del aula, me acerqué a uno de los chicos que estaba cerca y le pregunté por ella.
• "Se llama Alba," me dijo uno de los chicos, sin mucha importancia.

Ese día, el grupo de chicos comenzó a molestarme. Decían que me gustaba Alba, algo que ni yo mismo entendía. ¿Por qué me molestaba tanto? Lo cierto era que ni siquiera sabía mucho de ella, pero algo en su presencia me inquietaba. No supe por qué, pero esa curiosidad por ella no se iría tan fácilmente.

Distancias.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora