Capítulo 4 Querida Suegra

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Hermione pasaba los ojos por la tela de su vestido, colgado en el armario de la habitación de Ginny. Ya lo tenía, no fue tan difícil conseguirlo. Pero sí le llevó buena parte del día.

Se había probado cerca de veinte vestidos, incluso se probó uno enorme y muy brillante, sólo para desechar la idea de Narcissa y poderle decir que efectivamente, se veía fabulosa con él, pero que de ninguna forma la representaba, no sería ella misma si usaba algo cómo eso.

Y hora miraba embobada el blanco vestido que había elegido, con sólo un detalle de pedrería en el área del estómago. Cuando se lo midió supo enseguida que ese era, no muy grande ni llamativo, pero era lo más elegante que ella había visto y según las palabras de Pansy, se veía como una muñequita de porcelana.

A Luna le había gustado uno lleno de encaje, hasta le había dicho que podía usarlo con unas alas en la parte de atrás. Ginny quería algo más ajustado, que se le quedara pegado a la piel, eligió uno con transparencias en los costados y con un escote tamaño familiar, Hermione ni siquiera se lo había probado.

Al final cuando ella salió con el último vestido puesto, todas se habían quedado calladas, porque la cara de Hermione era de completa felicidad. Cuando les dijo que ese era el elegido, todas gritaron emocionadas.

Después le pidió a Ginny dejarlo en su casa para que nadie lo viera hasta el día de la boda, ella dijo que lo protegería con su vida, y probablemente así lo haría, la castaña se quedó tranquila.

- Deja de tocarlo, Granger, no se va a ir a ningún lado.

- Blaise, – el moreno había entrado a la habitación – me hiciste recordar cuando éramos estudiantes, ¿qué te parece?

Ella le señaló el vestido.

- Supongo que está bien.

- Es bellísimo, no seas así.

- Sí, es bonito, pero a mí no me tiene que gustar. Aunque no puedo decir lo mismo de Narcissa.

- Creo que cuando me vea con él, se arrepentirá de dejar que su hijo se case conmigo.

- Si.

- ¡Oye! Por lo menos trata de mentirme un poco.

- Solo bromeo, ya sabes que si Draco te quiere, ella lo hará también.

- Yo no estaría tan segura.

- ¿Y ya sabes dónde van a vivir?

- Yo tengo muy claro que quiero vivir en mi casa, pero Draco quiere vivir en la mansión Malfoy, porque esa es la tradición, y yo solo quiero huir de ahí siempre.

- Pues si lo amas, tienes que aceptar eso.

- Pues si me amara, tendría que vivir dónde yo diga.

- No sé cómo se van a casar, si los dos son tan tercos.

En ese momento Ginny entró a la habitación y se pegó a su esposo, éste le pasó un brazo por los hombros.

- Blaise, deja de decirle esas cosas a Hermione.

- Sólo la molesto, - le dijo con burla - ya sabemos cuál va a ser el resultado, ella vivirá en la Mansión Malfoy.

Se rio fuertemente mientras las dos mujeres lo volteaban a ver con molestia.

Hermione se despidió poco tiempo después y se fue a su casa. Quería dejar de pensar en la plática pendiente que tenía con su prometido acerca del lugar dónde vivirían, pero sabía que los dos lo estaban aplazando, así que aunque solo quisiera llegar y dormir, debían de dejar las cosas claras esa noche.

Para Siempre (Segunda parte de Detrás del librero) Dramione +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora