POV. Narrador.
Noches de intranquilidad, llenas de silencios ensordecedores, de vacíos intentando ser llenados, eran como se definían las noches de ambas chicas.
El insomnio se presentaba cada noche sin falta y al dar vueltas sobre la cama, un espacio libre se miraba.
Daniela Calle vivía atenta en sus estudios, en lograr ser la escritora que su madre quería que fuera. Mientras que María José trabajaba y estudiaba lo que siempre había soñado, fotografía.
Quien es superficial encuentra a estás chicas totalmente diferentes, pero quién es buen observador encuentra miles de similitudes, algunas de ellas relacionadas a la noche.
¿Quien diría que la noche fuera testigo de tantas cosas? Sin duda alguna, la noche es compañera de penas y preocupaciones; la luna es una fiel compañera, que con su brillo te abraza y te escucha, y las estrellas son esas pequeñas motivaciones que te hacen despertar y vivir un día más.
La noche fue testigo de como ambas chicas sufrían, a su modo. María José vivía atrapada en esa pesadilla recurrente, mientras que Daniela se acostaba infeliz con su presente; la luna abrazaba a ambas chicas hasta que cayeran en un sueño profundo, libre de molestias o preocupaciones y escuchaba cada pena de las chicas día tras día; mientras que las estrellas soltaban visibles destellos, intentando decirles que todo estará bien y que cuando menos se lo esperen algo bueno pasaría.
Porque sí, así es la vida, así es el destino: caprichoso. Cuando todo parece estar increíble, sucede lo inesperado y cambia radicalmente tus planes. El resultado de ese cambio es incierto, quizá te aleje de tu objetivo o quizá te acerque a cumplirlo, tal vez traiga con ello buenas noticias o tal vez no sea lo que esperabas.
El destino te pones trampas, pruebas y atajos, pero al final tu futuro está en tus acciones, en tus desiciones.
- ¿María José? - dijo aquella castaña adentrándose en ese bosque. Al no recibir respuesta alguna, siguió caminando hasta que vió una silueta bastante familiar sentada en el borde de aquel muelle. Era la silueta de María José.
La chica de ojos aceituna ni se inmutó y continuó con su mirada fija en el lago que tenía frente a ella, su respiración era serena, su vestimenta era impecable y su rostro era perfecto.
La castaña caminó hasta llegar a un lado de la otra chica, con cuidado tomo asiento y lentamente, como con miedo, recostó su cabeza en el hombro de su acompañante.
Ambas quedaron en un silencio donde se era capaz de escuchar el aire a travesar las hojas de los árboles, ambas contemplando la vista que ofrecía ese lago mezclado con el atardecer.
- ¿Cómo supiste que estaba aquí? - preguntó la chica oji verde.
- Este se convirtió en nuestro lugar favorito ¿Recuerdas? Cuando te sientes mal o sin saber que hacer, vienes acá para pensar - respondió con voz dulce la oji marrón.
De nuevo un silencio invadió la atmósfera, los únicos sonidos que se presentaban eran de algunos animales y del viento.
- Te extraño - pronunció María José casi en un susurro - ¿Tu me extrañas?
- No te haces una idea - respondió la castaña y en ese momento ambas voltearon a mirarse.
Los ojos de ambas estaban cristalizados, las lágrimas amenazaban con resbalar y sus corazones estaban apunto de explotar. De todos los reencuentros jamás creyeron que sería aquí, en su lugar favorito.
Con una tranquilidad impresionante, subieron sus manos hacía las mejillas de la otra, acariciaron su rostro con suavidad y lentamente se acercaron hasta rozar sus narices. Cerraron sus ojos intentando hacer más real ese momento y juntaron sus labios, provocando que millones de sensaciones viajaran por sus cuerpos.
Sus labios parecían extrañarse y necesitarse. Aquel beso suave e inocente fue subiendo de intensidad pero sin perder ese cuidado y suavidad.
Al separarse, se miraron a los ojos con un amor impresionante y sonrieron con sinceridad, se tomaron de la mano y se levantaron para así empezar a caminar hacia la pequeña cabaña que esperaba ser envuelta entre el amor de esas dos chicas.
Pero cómo lo dije anteriormente, el destino es incierto, es caprichoso. Tan caprichoso que lo anterior pudo haber sido un final perfecto, un final libre de drama y lleno de amor, sin embargo, la realidad es otra, es triste, dura y dolorosa.
Daniela Calle se encontraba en el asiento del copiloto del auto de su actual novia, Carolina, camino a su primer día de clases siendo estudiante de tercer año. Y si, Daniela Calle terminó siendo novia de la veterinaria de su perro; hay que admitir que Carolina poseía un cuerpo impresionante, una sonrisa contagiosa y una gran habilidad al hablar. Hace más de un mes, habían hecho oficial su relación. ¿La más feliz? Por supuesto, Carolina.
- Listo chiqui, llegamos a tu universidad - avisó Carolina.
Daniela con una sonrisa un poco forzada y un beso sobre sus labios se despidió de su novia y caminó al interior de aquel lugar. Un día más en ese lugar tendría que enfrentar.
Por otro lado María José, permanecía dormida sobre su cama, moviéndose de forma inquieta y sudando considerablemente.
- ¿Mamita? ¿Papito? - decía la voz de una pequeña de alrededor de 10 u 11 años.
"¡No sé dónde lo tiene! Por favor no nos hagan daño ¡Juan Carlos haz algo!" se escuchaba a una mujer suplicar.
La pequeña niña, movida por la curiosidad, salió de su habitación y caminó hacia las escaleras mientras con sus manitas se frotaba sobre sus ojos.
"Denos lo acordado o nos llevamos a la niña" un señor con voz rasposa sentenció.
- ¡Mami! ¿Quiénes son esos señores? - preguntó la pequeña con una gran inocencia.
Y fue, cuando en cuestión de segundos, un hombre armado se dirgió a dónde estaba la pequeña con intenciones de cargarla, sin embargo, el impacto de un cuerpo hizo caer al hombre y casi de inmediato, un sonido devastador se escuchó.
El arma disparó debido al impacto de la caída.
Los tres hombres armados huyeron de aquella casa, la pequeña permaneció al pie de las escaleras paralizada viendo una imagen traumatizante, mientras que su padre pasaba sus manos de forma desesperada por su cabeza.
- Mi amor, María José ¡Despierta! - gritó la tía de la chica oji verde.
Todo había sido una pesadilla.
Otra vez...
El destino puede ser bastante caprichoso y hacer de las suyas, pero todo lo que sucede es medido, es preciso, a espera del momento correcto para poner en tu camino aquello que deseas.___________________________________
Este será mi capitulo favorito.
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El Reto De Amarte • Caché [Terminada]
Teen Fiction[En Edición] Una nueva escuela, nuevos amigos. Una fiesta, un jueguito de ¿niños? Daniela una chica de 18 y María José una chica de 20 años, ambas chicas con sueños que cumplir pero obstáculos que vencer. El destino es caprichoso e incierto, pero si...