POV. Calle
Habían pasado algunas horas desde que la tía de Poché había insistido en quedarme unas horas más con ellas, con la excusa de celebrar mi cumpleaños por adelantado, ya que en dos días sería realmente mi cumpleaños.
Poché, por su parte, me había mencionado que su tía aún no sabía que ya no estábamos juntas, lo único que sabía era que habíamos tenido un problema. Después de mucho insistir, me convenció por no decirle la verdad a su tía, quien por cierto, era muy amable.
- Bueno, creo que es un poco tarde, es hora de irme - avisé poniéndome de pie frente al sofá.
- Oh no querida, ya es algo tarde para que manejes a estas horas, ¿porque no te quedas solo por hoy? Vale y yo dormiremos en la habitación de invitados.
- De hecho solo será usted, yo ya había reservado una habitación en el hotel que queda cerca de aquí - dijo Vale levantándose del sofá - Nos vemos otro día, fue un gusto verla señora, Poché ya sabes - advirtió mirándola fijamente para luego mirarme a mi - Nos vemos Calle, sabes que cuando quieras puedes ir a ver a Ramón.
Vale salió del departamento dejándonos a nosotras tres en un silencio algo incómodo, ya que solo esperaban mi respuesta, si quería o no quedarme por hoy.
- Yo eh... Tengo que alistar mi maleta, tengo un vuelo que tomar a Nueva York, para pasar mi cumpleaños con mi madre.
- Bueno - suspiró la tía de Poché - me hubiese encanta que te quedarás con nosotras...
- Está bien... - suspiré sabiendo que no era una buena idea- Me quedaré, aún hay tiempo de sobra para alistar mis maletas.
POV Poché.
Agradecí internamente a mi tía por lograr que Calle aceptara quedarse está noche. Hablamos un poco más y después nos fuimos a la habitación. Le presté a Calle una blusa larga que le llegaba a la mitad de los muslos y entró al baño para poder colocarsela, yo ya me había colocado una blusa casi igual a la de ella, pero yo usaba un short en mi parte baja.
Al salir se formó un ambiente algo incómoda, sabía que había algo pendiente de que hablar.- Calle, mira si le quieres decir lo que pasó ente tu y yo está bien, yo no sé lo pude decir porque cuando se enteró que estábamos juntas ella de puso muy feliz y decirle que...
- Ya - me interrumpió - No le diremos nada, aún. Además ella es un amor, no quisiera hacerla sentir mal.
- Gracias - sonreí - Ahora señorita Calle, tiene toda la cama para usted sola, yo creo que me iré al sofá - frunció el ceño.
- ¿Pero porque? - dijo con el celo fruncido y con una sonrisa ladeada.
- Solo no quiero incomodar, además estoy segura que si me quedo no dormiremos está noche.
- ¿Tan poca fe nos tienes? - rió - Quédate aquí, conmigo. No haremos nada.
Reprimí una sonrisita y me dirigí hacia la cama para meterme entre las cobijas.
Me acosté del lado derecho de la cama evitando tener el mínimo contacto con Calle. Estaba mirando fijamente al techo hasta que sentí su mirada a un lado mío. Estaba sonriendo.
- Buenas noches - dijo para luego depositar un corto beso en mis labios y regresar a su lugar en la cama. La tomé entre mis brazos y la besé, justo como ella lo había hecho.
- Buenas noches - dije y ella repitió mi acción. Y así estuvimos, una repitiendo la acción de la otra hasta que sus manos comenzaron a viajar a mi entre pierna y las mías a abdomen.
Los besos cada vez eran más profundos y aquella ternura con la que iniciaron se fue perdiendo, dándole paso a un beso necesitado y deseoso.
- Te necesito - dijo jadeante mientras subía sus manos hacía mi pecho - Hazme tuya, María José.
Y al decir esas palabras, la poca cordura que me quedaba se fue y comencé a besar a Calle con aún más deseo y pasión. Me coloqué sobre ella y comencé a hacer movimientos con mi pelvis. Poco a poco la ropa fue sobrando y los gemidos iban haciéndose presentes en la habitación, los cuales intentábamos ahogar con besos.
Esa noche Daniela Calle volvió a ser mía y yo volví a ser suya. Volvimos a demostrar que por más que pase el tiempo nuestros cuerpos se pertenecen. Demostramos que nadie nunca nos hará sentir de la forma en como nos sentimos nosotras al estar juntas.
Sabia que no debía arruinar todo de nuevo con ella, sabía que debía recuperarla y la primera opción para lograrlo ya estaba casi planeada.
POV Calle.
Alarmada me desperté y mire hacia la derecha, rápidamente abracé a Poché y la recosté sobre mi pecho, estaba temblando y empapada de sudor.
- Ya, ya, solo fue un mal sueño, tranquila - susurré mientras pasaba mi mano suavemente por su cabello.
- Fue de nuevo - dijo en un hilo de voz.
- Tranquila, estoy aquí contigo, solo fue una pesadilla.
- No te alejes Calle, no quiero seguir con esos sueños - dijo entre sollozos.
- Shh, intenta dormir, estaré aquí contigo.
Poco a poco, después de susurrarle que durmiera y que todo estaría bien, Poché volvió a quedarse dormida, permitiendo que yo también lo hiciera.
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- De nuevo las pesadillas - dijo la tía de Poché, mientras acercaba un plato de cereal a la mesa - Escuché como anoche de alteró.
Eran alrededor de las 10 de la mañana, salí de la habitación y me encontré con su tía terminando de desayunar.
- Sí, dejé que descansara un poco más, en la madrugada se levantó muy mal.
- Y así ha sido desde que se fue a México, noche tras noche ha tenido esa misma pesadilla - decía con tristeza - Me dijo que desde que llegaste tú, ya no las había tenido.
- ¿Todo esto pasa desde lo de su madre? - pregunté con precaución, sabía que era un tema difícil.
- Sí, la llevaron con algunos psicólogos pero en verdad le dolió mucho la pérdida de su madre, a mí también, pero sin duda Majo no ha logrado sobrellevarlo - asentí con compresión.
- ¿Les he dicho que ustedes son las mujeres más hermosas que he visto en mi vida? - dijo Poché recargada en el marco de la puerta de la habitación - Buenos días.
- Buenos días - saludó su tía - En la barra está un plato con cereal, yo las dejo porque tengo que salir, nos vemos más tarde.
- Con cuidado - dijo Poché antes de que su tía saliera por la puerta - Buenos días señorita Calle - dijo depositando un corte beso en mis labios.
- Buenos días señorita Garzón, amaneció de buen humor, ¿no es así?
- Sí, por qué una bella dama durmió conmigo - sonrió para luego besar mi frente - Toma.
Miré entre sus manos y ví que había un tarjeta hecha con una hoja de color que anunciaba mi nombre. La miré confundida
- Sólo leé lo que dice - tomé la carta entre mis manos y comencé a leer en voz alta.
- "Señorita Daniela Calle, me complace informarle que usted ha recibido un cupón canjeable por un día perfecto junto a la señorita Poché." - la miré y tenía una sonrisa tierna plasmada en su rostro - ¿Así que un día perfecto?
- Ajá - asintió aún con la sonrisa en su rostro
- ¿Y como es ese día perfecto? - pregunté con curiosidad.
- Pues básicamente haré todo lo que tú me pidas, por hoy diré sí a cualquier cosa y además no haré ningún comentario malo o denigrante hacia la actividad que desees hacer .
- Me gusta, ¿que te parece si iniciamos con algo de Golf?
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El Reto De Amarte • Caché [Terminada]
Teen Fiction[En Edición] Una nueva escuela, nuevos amigos. Una fiesta, un jueguito de ¿niños? Daniela una chica de 18 y María José una chica de 20 años, ambas chicas con sueños que cumplir pero obstáculos que vencer. El destino es caprichoso e incierto, pero si...