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Una de las cosas que más disfrutaba Melanie era despertar junto a Cedric después de una noche de sexo. Su castaño cabello despeinado, sus labios rojos por los constantes besos y mordidas, su pecho con ligeras marcas al igual que su espalda que ocasionalmente quedaba con pequeños rasguños. Todo le parecía sumamente atractivo.
La slytherin sonrió antes de dejar un rápido beso en sus labios y salir de la cama tomando la remera del chico del piso, camino hasta el baño y abrió el agua caliente para tomar una ducha rápida, era fin de semana así que no había apuro, pero necesitaba ir a su cuarto para poder alistarse bien y quizá invitar a Cedric a tomar algo al mundo muggle.
Entro en la ducha dejando que el agua de lleve los restos de sudor de la noche pasada y decidió comenzar a lavar su cabello.
—Mierda, Lannie. El agua está caliente—escuchó detrás de ella.
—No tanto como tu—río limpiando los rastros de espuma de su pelo mientras volteaba a ver la entrepierna del Hufflepuff—¿no te cansas?
—A veces, pero el deseo de tenerte es mucho más grande—dijo mientras abrazaba a la chica por la espalda y bajaba una de sus manos a su entrepierna.
Sin duda era una buena manera de empezar el día.
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