Cedric Diggory

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resumen: tener dos hijos y no escuchar nada más que silencio es una mala señal, lastima que Cedric no sabía eso

Al entrar a la casa dejó las llaves en una pequeña mesita para proceder a dejar su abrigo y su bolso en el perchero

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Al entrar a la casa dejó las llaves en una pequeña mesita para proceder a dejar su abrigo y su bolso en el perchero.

—¿Ced? Ya llegué—avisó mientras caminaba hacia la cocina para tomar algo de agua, tal vez jugo si su pareja no había olvidado llenar la jarra de nuevo.

—¿Cómo te fue?—preguntó el ex Hufflepuff llegando silenciosamente por atrás y rodeando su cintura con sus brazos

—¡Por Merlín, Cedric! No hagas eso—dijo mientras suspiraba tratando de calmar su corazón—Tu madre quiere que llevemos a los niños a su casa, será el último día que estarán acá—explicó dándose vuelta para tomar la cara de su chico entre sus manos y darle un beso.

—Hablando de ellos...podríamos aprovechar que están arriba jugando—susurró mientras que dejaba besos húmedos en el cuello de su mujer.

Melanie, estando encantada con la propuesta, puso una de sus piernas entre de las de Ced para frotar su miembro con sus muslos.

"Los niños están jugando arriba" repitió su mente.

—¿Cedric?—preguntó recibiendo un pequeño sonido como respuesta—¿dejaste a los niños solos?—pregunta teniendo miedo por la respuesta.

—Sí, pero están bien. Los dejé en el rincón de juegos—respondió indiferente para abrir la campera de la chica y proceder a besar la piel expuesta de sus pechos.

Al oír esto Melanie lo empujó lejos de ella para correr hacia el cuarto que compartían sus hijos, era mala idea dejarlos sin supervisión, sobre todo a la mayor.

Al abrir la puerta quedo en un completo shock viendo como su hija de cinco tenía una tijera en sus manos y su pequeño hermanito de tres estaba sentado en una sillita.

—¡Mira mami! ¿Crees que ahora se ve como papi?—preguntó refiriéndose al corte de pelo.

—¿Por qué-

Al igual que la chica, Cedric no pudo evitar sorprenderse con el nuevo peinado de su hijo. Solo que él empezó a reírse unos segundos después.

—Deja de reírte—exclamó la chica—Maggie, amor—tomó las tijeras para dejarlas a un lado y sentarse en el piso, lejos del pelo y con su hija en sus piernas—no puedes cortarle el pelo a tu hermano...ni a papá—dijo recordando incidentes anteriores.

—¿Por qué no?—cruzó los brazos haciendo un puchero que ambos padres consideraban tierno.

—Porque...porque...—miró a Cedric.

—Porque quizá pudiste haberlo lastimado sin querer—se acercó tomando al niño y repetir la acción de su pareja, dejando al niño en la pierna que no estaba ocupada—además, para eso tenías las muñecas, hablamos de esto ¿recuerdas?—acarició los cachetes de la menor, no quería que pensara que  estaban molestos con ella.

—Lo lamento—dijo acurrucándose en el pecho de su madre y darle la mano a su pequeño hermanito, por algún motivo el niño estaba muy calmado y hacía ojos bizcos mientras succionaba su chupete, tratando de ver el pequeño tejón que este tenía como dibujo.

—Esta bien, solo trata de no volverlo a hacer—río la mujer.

—¿Papá?—preguntó la niña.

—Dime, tesoro—respondió Cedric.

—¿Por qué tus pantalones se ven así?—preguntó notando el gran bulto entre las dos piernas.

Ante la imagen Melanie solo pudo reír, esperando la gran explicación que su esposo iba a inventar para su hija.

edición: 01/jun/2023

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edición: 01/jun/2023

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