resumen: Edward, el hombre blanco heterosexual de los años mil novecientos y tantos, consigue una pareja liberal, bisexual y profundamente atraída por su hermana menos favorita.
personaje principal: ocfem.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El primer día de Melanie en la secundaria de Forks no había sido tan malo como pensaba, si bien la tal Jessica era algo falsa y los chicos parecían algo urgidos la chica de lentes con la que se sentó en cálculo había sido linda con ella.
–¡Hey, Melanie!–llamó Erik desde la mesa que compartía con sus amigos.
La chica de ojos chocolates caminó hacia ellos y con una sonrisa algo forzada aguanto los primeros minutos.
–¿Estás aburrida, no?–preguntó en susurros Angela.
–No, es solo que no soy buena socializando. Por cierto, gracias por ayudarme en la clase. Se me dan muy mal los números.
–Cuando quieras podría darte clases particulares–ofreció la estadounidense, pero lo que no pasó desapercibido para Melanie fue la forma en la que Angela desvió la mirada a sus labios.
–Miren quienes vienen–mencionó Mike.
Por la puerta principal un grupo de cinco chicos estaba entrando, tres chicos guapos y dos de las chicas más hermosas que la latina pudo haber visto.
–¿Quién es?–preguntó mirando a Rosalie, la cual estaba situada detrás de Edward mientras iban rumbo a su mesa.
–Él es Edward Cullen es hijo del doctor Cullen–explicó Jessica tomando unos momentos para repasar todo lo que quería decir en su cabeza.
–No, no el gringo genérico de serie adolescente. La chica rubia de ojos bonitos que está sentada junto a él –aclaró Lannie.
La sonrisa que tenía el vampiro, quien creía que su pareja se sentía atraída hacia él, rápidamente se desvaneció al escucharla, desde que se cruzó con la chica de ojos café en el estacionamiento supo que era su compañera, pero ahora parecía que ella se encontraba más interesada en su hermana menos favorita.
–¿Rosalie? Ella está con Emmett, el que parece desayunar esteroides–comenta Mike.
–¿En serio? Es una pena–miro disimuladamente hacia la mesa de los Cullen, donde Rosalie hizo contacto visual con ella mientras fingía comer algo de todo lo que tenía en su bandeja
–Tú también eres bonita, no debes de sentirte celosa–mencionó Angela.
–Angela no estaba siendo celosa, estaba siendo bisexual–respondió guiñandole el ojo mientras se levantaba para ir por otra botella de jugo.
–Lo que me faltaba–exclamó el vampiro mientras empujaba un poco su bandeja de comida y salía rumbo a su auto.
–Bueno, esto será interesante–rió la vampira rubia.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
