¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Los ojos de Tyler siempre te parecieron encantadores, había días en los que parecían ser azules, por las tardes quizá se veían algo verdosos y en ocasiones te parecía ver un circulo gris delineando su iris.
—¿Entonces es un sí?—preguntó sacándote de tus pensamientos.
El pobre chico trataba desde hace semanas pedirte una cita.
—Ven a mi casa el sábado a las siete, Hawkins—dejaste escapar una suave risa mientras terminabas de acomodar los libros de la sección de fantasía.
—¿Es una cita?—cuestionó a tus espaldas, su cálido aliento contra tu oído.
—Dame tus cigarrillos—dijiste dándote la vuelta.
El castaño, con una expresión de duda te entrego una cajetilla, casi, nueva. La había comprado antes de ir contigo.
—¿Para qué los quieres?—consultó.
—Aquí tienes ocho cigarros, y hoy es jueves. Si puedes no fumar hasta el sábado, será una cita.
Era algo cruel pedírselo, pero si iba a salir contigo tenías que evitar llevarlo a urgencias por cáncer de pulmón producto de tanto tabaco.
—Esas son muchas horas—dijo, claro que quería esa cita contigo, pero tenía ciertas dudas respecto a los cigarrillos.
Al notar eso, tomaste su rostro entre tus manos acercándolo hacia ti para dejar un caliente beso en sus labios, de esos que hacen que tu corazón se acelere y sientas cosquillas en tu estómago.
—Toma eso como incentivo—susurraste para después morder suavemente su labio inferior y tirar de él haciéndolo gruñir.
—Quedatelos, no los voy a necesitar—suspiró dejando el tabaco en el carrito de libros que tenías.
Serian dos largos días, pero Tyler sabía que valían la pena.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El sábado a las siete de la tarde tenías al chico golpeando tu puerta, cosa que realmente te sorprendió pues no pensaste que él pudiera ser tan puntual.
Al abrirlo lo viste con un pantalón de vestir y una camisa blanca, se veía tan bien.
—Me sorprendí hasta que vi las zapatillas y tu cabello—dijiste mientras tomabas su mano para guiarlo dentro de tu apartamento.
—Lindo—se limitó a decir mientras miraba de reojo las fotos que había de cuando eras niñas.
—Gracias, mi padre me lo compró—dijiste mientras iban hasta el living donde la mesita ratona estaba acomodada con diferentes tipos de comidas, lo hubieras llevado al cine, pero querías conversar con él sin las quejas de las señoras y los llantos de los infantes de fondo.
—¿Preparaste esto para mí?—preguntó con burla mientras te abrazaba por la espalda.
—Podemos ir a comer afuera si quieres, o ir al parque. Solo pensé que algo de privacidad sería lindo—dijiste mientras te volteabas para abrazarlo por la cintura, tu mentón contra su pecho. Se le hacía lindo el que tengas que mirar hacia arriba para hacer contacto visual.
La noche fue increíble, miraron una saga y luego cocinaron algo juntos, aunque la parte que más disfrutaron fue el rapidito que hicieron el la bañera, pero eso es historia para otro momento.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
*se va a ver una forma de ver Recuerdame sin que se le meta un virus o le salte un chat de "Paula quiere cojer contigo"*
