Cedric Diggory

1.8K 103 24
                                    

resumen: un relato corto sobre el amor juvenil. 

personaje principal: ocfem.

Bajo el caluroso sol de verano dos pequeños niños disfrutaban de un fresco helado los cuales habían esperado con ansias desde antes del almuerzo, comiendo rápido sus asquerosas verduras para poder tenerlo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Bajo el caluroso sol de verano dos pequeños niños disfrutaban de un fresco helado los cuales habían esperado con ansias desde antes del almuerzo, comiendo rápido sus asquerosas verduras para poder tenerlo. Aunque sin que los adultos lo notaran Cedric tomó un par de las que estaban en el plato de Melanie, sabía que los arbolitos no eran los favoritos de su futura esposa, por lo que siempre era un placer para él ayudarla.

–Dame de tu helado–preguntó el pequeño Cedric con una sonrisa incompleta, el espacio vacío que había dejado la reciente caída de su diente de leche le daba una imagen aún más tierna.

–No, Cedric. Son del mismo gusto–resopló Melanie. Quería a su amigo, pero siempre pedía de lo que ella estaba comiendo, sin importar si era o no lo mismo.

–No estaba preguntando, mi mamá y mi papá comparte sus cosas todo el tiempo, y nosotros también seremos así de grandes. Debemos practicar desde ahora–mencionó mientras le daba una lamida al postre frío de su amiga.

–¡CEDRIC NO!–lloriqueo la chica–ahora le dejaste tu baba. No lo quiero, es tuyo–extendió el cono hacía el castaño con una mueca de asco.

–¿Si yo lambo algo lo convierte en mío?–preguntó teniendo una idea en su mente.

–Así funciona hasta donde sé–dijo la pequeña Melanie.

Cedric dejó su helado en el platito que su mamá le había dado y se acercó a Melanie, quien creía que solo iba a tomar el helado; pero al descuidarse un momento el ojigris tomó la cara de la niña y lamió desde su mentón hasta su sien.

–Eres mía ahora–rió.

Melanie, asqueada por tener la saliva del chico en su cara, corrió hasta llegar a la sala de su casa, donde llorando les contó a sus padres lo que su amigo había hecho.

Y aunque todos lo tomaron como algo gracioso la señora Diggory consideró que era un buen momento para hablarle a su pequeño hijo sobre el consentimiento, después de todo la niña no se veía nada feliz.

–¿Mel por qué te fuiste? Ahora que eres mía debemos planear nuestra boda, una como las que tuvieron nuestros papás–Cedric se acercó a su amiga.

Al escuchar eso la pequeña de ojos verdes empezó a correr asustada por toda la casa, esperando que algún día su amigo sacara esas locas ideas de su pequeña cabeza.

Al escuchar eso la pequeña de ojos verdes empezó a correr asustada por toda la casa, esperando que algún día su amigo sacara esas locas ideas de su pequeña cabeza

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

edición: 01/jun/2023

Robert Pattinson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora