resumen: relatos de Cedric y su pareja durante el transcurso de su primer embarazo.
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—¿Cómo están?—preguntó Amos.
—Bien, bastante bien de hecho, a su hijo lo llamaron de los-
—Embarazados, estamos embarazados
—¡Amor!
Cedric era malo para guardas secretos, había que admitir que duro mucho más de lo que ella pensaba.
—Lo siento, sé que querías que lo hiciéramos en la noche con toda la familia pero no pude callar más.
—Está bien amor, duraste quince minutos. Más de lo que creía.
—¡Sí! ¡Sí, sí, sí!
—Tranquila querida—rió Amos.
—No puedo creerlo, llevo meses pidiendo ser abuela; no puedo simplemente calmarme, tesoro—puso la mano en el plano vientre de su nuera—Estoy tan feliz por esto, hay que empezar a preparar todo.
Era verdad, durante los nueve meses de gestación Elizabeth Diggory se había encargado de todo lo referente al bebé dejándole poco protagonismo a los padres, quienes solo sonrían y asentian con la cabeza a cada "consejo" de su madre.
Y a mediados de ese tiempo, al rededor de los seis meses, mediante una ecografías muggle supieron el sexo, una hermosa niña estaba creciendo en su vientre.
—¿Cansada?—preguntó el ojigris a su mujer, la cual tenía un enorme vientre de casi nueve meses.
—Mucho. Sí tenemos otro por favor déjame embarazarte a ti.
—De acuerdo.
Frida se acostó de lado para que Cedric pudiera tratar de abrazarla por una cintura que había desaparecido aunque claro, para el tejón de oro su mujer siempre sería la más hermosa todo el mundo, ya esté recién levantada, dormida, comiendo y con un precioso vientre de embarazo.
A eso de un cuarto para las tres, Rufus, el perro de la pareja había entrado al cuarto labrando y causando una alteración en el sueño de la pareja. El perro, ladraba mientras acariciaba el vientre de su dueña con la nariz.
—Rufus, sht. Fuera.
—¿Ced? Creo que la bebé ya viene—suspiró al sentir la primera contracción.
Esa noche, nació Marie Elizabeth Diggory en el hospital mágico San Mungo.
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